El dueño de Gescartera sale de prisión tras pagar 300.000 euros

Antonio Camacho, propietario de Gescartera, salió ayer de la prisión de Soto del Real (Madrid) después de que su letrado, Carlos García Cabrero, presentase en el juzgado un cheque conformado por 90.000 euros, que completaban la fianza de 300.000 que la juez Teresa Palacios había fijado para que pudiera salir en libertad. Camacho llevaba casi tres años en prisión preventiva, desde el 17 de julio de 2001, cuando estalló el escándalo.

Y el escándalo fue que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) descubrió un agujero en la contabilidad de Gescartera de alrededor de 100 millones de euros. La CNMV intervino entonces la agencia de valores y el caso pasó a la Audiencia Nacional, en un proceso que ha instruido durante estos tres años la juez Teresa Palacios y que ha concluido precisamente esta semana, sin que haya llamado a declarar a los entonces más importantes dirigentes del organismo oficial como Pilar Valiente, Luis Ramallo o Juan Fernández Armesto. Esta última decisión ha sido recurrida.

La juez Palacios, en marzo de 2003, ya dictó un auto por el que accedía a la libertad de Camacho, pero fijaba una fianza de tres millones de euros, que el dueño de Gescartera no pudo pagar. La magistrada razonaba que el imputado ya no podía obstaculizar la investigación del caso destruyendo pruebas, que tampoco podía volver a cometer los mismos delitos de los que está imputado -estafa, apropiación indebida y falsedad en documento mercantil- y que había disminuido el riesgo de que se fugase.

En Navidad de 2003, la magistrada redujo la fianza a la mitad, es decir 1,5 millones de euros, pero como Camacho tampoco pudo hacer frente a esa cantidad, hace dos meses volvió a rebajar el monto de la garantía hasta los 300.000 euros.

Camacho aportó un piso de su madre y otro de su hermano, que fueron valorados en 420.000 euros, pero al tratarse de una fianza hipotecaria, el valor de lo afianzado cuenta como la mitad, es decir, 210.000 euros, por lo que faltaban todavía 90.000 euros para completar lo exigido.

Al juzgado, a diario

Ahora, tras quedar en libertad, deberá presentarse diariamente en el juzgado, entregar su pasaporte y tiene prohibido abandonar el territorio nacional.

Durante estos tres años Camacho ha estudiado Derecho en la cárcel y, según su defensa, le quedan únicamente dos asignaturas para acabar la carrera.

El dueño de Gescartera ha mantenido ante la juez Palacios que no ha sacado dinero de España y ha justificado la pérdida de 100 millones de euros de la agencia de valores por el pago de intereses desorbitados en operaciones a corto plazo.

Camacho admitió en su declaración que tenía montada una operativa casi piramidal, ya que pagaba con las aportaciones de nuevos clientes los intereses elevadísimos que ofrecía a los clientes de operaciones especiales. Aunque al principio el sistema funcionó, después, cuando la bolsa empezó a ir peor, Gescartera necesitó importantes cantidades de dinero para financiarse.

Por ello, desde 1999 hubo clientes especiales que ingresaron en la agencia de valores grandes sumas en metálico que, por un lado, suponían inyecciones de liquidez para la agencia de valores pero, por otro, vaciaron patrimonialmente la sociedad, porque esas operaciones suponían el pago de intereses que solían ser del 16% en un periodo de dos meses. En algún caso, cuando la necesidad de liquidez fue más acuciante, el tipo de interés de esas operaciones a corto plazo llegó a ser del 300%.