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Entrevista:SARA BOSCH | Psicóloga

"Las víctimas del terrorismo ni pueden ni deben olvidar"

Sarah Bosch (Barcelona, 1967) trabaja desde hace 14 años como psicóloga con víctimas de terrorismo. Hasta el año pasado, formaba parte de la red asistencial de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), y desde entonces coordina el área psicológica de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT). El miércoles intervino en Bilbao en unas jornadas organizadas por Gesto por la Paz.

Pregunta. Gesto ha querido mostrar lo diversas que son las víctimas. ¿Lo son tanto?

Respuesta. Sí. No hay un modelo de dolor, no hay un modelo de familia, de ser humano. Cada caso es distinto. Lo que se repite es el circuito, los problemas. Las primeras reacciones ante un atentado son bastante homogéneas, como lo es también la intervención profesional, pero luego empieza a actuar la personalidad, la familia, el entorno, lo que uno ha sido. Y ahí es cuando se separan todas las víctimas.

"La víctima de hace tiempo sabe que tras la solidaridad vendrá el silencio"

P. ¿Qué caracteriza a una víctima del terrorismo frente a quienes son víctimas de otros hechos traumáticos?

R. Fundamentalmente, el tema político. Eso tiene el pro, que genera una repercusión social inmediata muy fuerte, que hay unas expectativas de apoyo o de solidaridad muy altas. Pero luego, lo que sucede tarde o temprano, es el cambio en la imagen de la víctima. Pasa de ser esa persona con cuyo dolor todos podemos empatizar a ser esa persona reivindicativa, que se queja, que intenta que sus derechos sean atendidos por encima de otras consideraciones.

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P. Que no olvida.

R. Ni se puede ni se debe olvidar. Los que menos deben olvidar son las víctimas. Sería lo más injusto, porque entonces tampoco tendría sentido un castigo para el agresor, si la víctima ni recuerda lo que le han hecho. No es justo ni es sano. Intentar olvidar es una patología.

P. ¿Y qué hay que hacer?

R. Ayudar a la víctima a que pueda convivir con ello, que se enfrente a ello y que llegue el momento en que pueda hablar de ello. En definitiva, que siga caminando, aunque ya no tenga una pierna.

P. ¿El tiempo cura?

R. No, en este caso no. Todo lo que es postraumático degenera con el tiempo.

P. ¿Los gestos y las manifestaciones populares ayudan?

R. Son muy importantes. Cualquier gesto de solidaridad ayuda a todas las víctimas, a la actual y a las anteriores, aunque quienes llevan tiempo saben que en esas movilizaciones hay una pancarta, hay una utilización política detrás y ese gesto se contamina. La víctima de hace tiempo vive las movilizaciones sociales con una doble emoción: por un lado, de agradecimiento íntimo y, por otro, sabe que después de la solidaridad vendrá el silencio.

P. ¿El 11-M ha aumentado la sensibilización con respecto al terrorismo?

R. En la gente, no sé, pero en las instituciones, no. En la asociación catalana hemos pedido subvenciones, como cualquier asociación, y para el área psicológica nos la han denegado. Hay víctimas del terrorismo de ETA que, con el 11-M, han vuelto a experimentar lo que les sucedió a ellos, pero como no son víctimas del 11-M no tienen acceso a la ayuda psicológica.

P. ¿Una víctima del terrorismo lo es siempre?

R. Siempre. Es como un atentado latente. El hecho se revive cuando hay otro atentado o un homenaje a un etarra. Tras el 11-M, muchas personas, antiguas víctimas de ETA, han acudido a la asociación catalana para pedir ayuda psicológica.

P. ¿Queda mucho que contar sobre las víctimas del terrorismo?

R. Muchísimo. Como ejemplo, diré que el pasado mes de junio la asociación organizó unas jornadas de formación para psicólogos, en las que hubo testimonios en vivo. Después, estaba todo el mundo alucinado, anonadado. Conocer la realidad de las víctimas del terrorismo no solamente te sobrecoge, sino que te recuerda que podías haber sido tu.

P. Se vive de cerca.

R. También descubrieron cómo la víctima entra en un circuito burocrático de derechos y obligaciones, de diálogo frío y victimizante con la administración, terrible. Eso recibe un nombre: victimización secundaria.

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