Txetxo Bengoetxea mezcla baladas, rock y 'rap' en su disco 'Libre'
Podría haberse llamado "Libre al fin", pero el segundo trabajo de Txetxo Bengoetxea se quedó sólo en Libre. En los noventa, este cantante y compositor cautivó al público al frente de 21 Japonesas. Una década después, y tras año y medio de silencio impuesto por contrato, Bengoetxea vuelve con su segundo disco (el primero fue Debut), que ya ha interpretado en Barcelona y Bilbao. El próximo sábado lo hará en Madrid, en el Patio del Cuartel del Conde Duque, como telonero de Los Secretos. "He estado sufriendo para obtener la carta de libertad, pero tengo voluntad de pasar página, ser positivo y transmitirlo. Siempre he tendido a la negatividad, pero ahora empleo una táctica de pelea más positiva. Necesitaba el vértigo del escenario", explica con voz suave y una amplia sonrisa.
Esta visión más optimista la ha intentado plasmar en los 12 temas que componen Libre: "He intentado empapar la música de esperanza, basada en lo que uno es, reivindicar que uno va de frente". Baladas, guitarras más rockeras e incluso algún ritmo rapero se cuelan en estas canciones en las que Bengoetxea habla de amor, de libertad, de apariencias y de prejuicios. Recupera dos temas que compuso y que fueron interpretados por Luz Casal y Ana Torroja, Despierta mi vida y Partir. "Ellas hicieron unas versiones más coloristas, yo las canto en una línea más austera de sonido. Luz participa en esta versión con una temperatura un poco loca", asegura. Incluye también en este Libre dos versiones, en castellano y en euskera, de una misma canción, Son de un amanecer: "Quería hacer un gesto de normalidad. A veces se asocia el euskera a una ideología, y en el fondo se trata tan sólo de un idioma, de un vehículo. La iniciativa nació en un momento en el que había mucha hostilidad. Sólo faltaría que el euskera, uno de los idiomas más antiguos de Europa, tuviera que pedir permiso para asomarse".
Individualidad
Colaborador de Alberto Iglesias en la composición de bandas sonoras para el cine, Bengoetxea explica que siempre ha musicado imágenes. Crítico con el culto a la estética -"prejuzgamos con ligereza, la gente no es siempre lo que parece ser"-, uno de sus temas lo dedica a un "dj malo". "La figura del dj se ha mitificado y a veces pueden pinchar muy patosamente, en el fondo se trata de combinar música ajena", explica. Respecto del panorama musical actual, considera que "la sociedad le ha quitado valor a la música, que siempre ha sido solidaria con todo. La vuelta es que la gente, con el argumento vacío de que la música es cara, va a la manta y no se da cuenta de que la primera víctima es el autor".
Asegura que ahora tan sólo pretende ser "el mejor Txetxo Bengoetxea, porque si puedo aportar algo es la personalidad, que es intransferible. La individualidad de cada uno cada vez me llama más". No se muestra nostálgico con el pasado: "No echo de menos nada porque borro mis huellas según avanzo. Creo que si consigo que mi equipaje sea más ligero, el viaje lo agradece".
Babelia
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