Carné por puntos, el mundo al revés

Sigo con interés las cuestiones relacionadas con la seguridad vial y me temo que, incluso aplicando el sistema de permiso de conducción por puntos, y a pesar de los esfuerzos de la Comisión Europea con su iniciativa eSafety, seguiremos padeciendo accidentes de tráfico durante muchos años.

El sistema de carné por puntos parte de un principio erróneo: todo el mundo es buen conductor mientras no se demuestre lo contrario. Este presupuesto, además de ser falso, lleva a resultados poco efectivos. Para detectar quiénes son los malos conductores el sistema espera a que éstos cometan infracciones. Esperar a que el mal ya esté hecho no parece un sistema inteligente, máxime si tenemos en cuenta que se pueden producir accidentes incluso sin cometer infracciones. Además, los conductores que cometen infracciones detectables no tienen por qué coincidir con los más incompetentes.

Creo que sería mucho más positivo un sistema tendente a formar correctamente a los conductores. Un sistema que les fuera concediendo licencias para conducir en condiciones más difíciles y con vehículos más veloces conforme acreditaran competencia a base de kilómetros recorridos y cursos de perfeccionamiento superados.

Conducir en determinadas condiciones (oscuridad, meteorología adversa) requiere una capacidad psicomotriz que ninguno de los conductores actuales, aun disponiendo de carné, ha acreditado. Para poder reaccionar correctamente en situaciones excepcionales es imprescindible haber experimentado y superado con éxito en alguna ocasión este tipo de situaciones. Esto es sólo posible si se han realizado pruebas controladas en circuito cerrado y se han repetido las pruebas un número de veces suficiente para que el conocimiento adquirido se haya convertido en un acto reflejo. No está de más que los infractores reincidentes vean amenazada su posesión de carnet, pero que nadie se engañe pensando que sin una formación adecuada se puede llegar a controlar esta terrible lacra social.