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El mago Greenspan

Alan Greenspan nació en Nueva York en 1926. Su padre era agente bursátil, aunque a él lo que le gustaba era el jazz y tocar el clarinete. El mundo de las finanzas, sin embargo, le pudo más y supo que nunca sería un gran músico.

En 1968 saltó a la escena pública como asesor económico de Richard Nixon. Unos 46 años después ha vuelto a levantar su mano derecha para jurar por quinta vez como presidente de la Reserva Federal (Fed), uno de los puestos más poderosos en la economía mundial. El presidente Reagan le puso al frente del banco central en agosto de 1987 para suceder a Paul Volcker y desde entonces sigue ahí. George Bush padre le renovó el mandato cuatro años después. Bill Clinton hizo lo propio dos veces más y, a final de mayo, George Bush hijo propuso su reasignación para no enturbiar los debates de la campaña electoral y evitar la histeria en los mercados.

En teoría, el gurú de la Fed podrá permanecer en la misma hasta junio de 2008. Pero dejará el puesto en enero de 2006, cuando expira el mandato que se le dio de 14 años. Su rectitud y su inteligencia son admiradas por demócratas y republicanos. Se le considera como el arquitecto de la mayor expansión económica de EE UU.

Últimamente, en Wall Street no son tan benevolentes con su gestión y no son pocos los que aseguran que Greenspan es flojo a la hora de anticipar las crisis, como sucedió con el estallido de la burbuja tecnológica en 2000. Su suerte durante los noventa, dicen, fue heredar la buena gestión deVolcker. Ahora muchos dicen que la Fed va por detrás de la inflación.

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