No lo comprendo

La derrota de Francia es una gran decepción. Jamás habría pensado que el partido se desarrollara así. Pensaba, sí, que le sería difícil superar a una Grecia en proceso de reafirmación y con una fuerza de voluntad a toda prueba tras haber batido a los portugueses e igualado con los españoles.

El primer tiempo de los griegos causó un impacto psíquico en los franceses, que les vieron correr sin desmayo. Estoy persuadido de que ese periodo fue catastrófico para nosotros en el plano psicológico. Los rivales dieron dos o tres golpes que nos hicieron dudar. Y nuestra reacción fue febril.

Cuántos pases fallados, desplazamientos mal coordinados, gestos técnicos mal asegurados... No había ninguna fluidez en nuestra estrategia, no teníamos confianza. ¿Cómo era eso posible con tantos jugadores de experiencia como Lizarazu o Thuram? No lo comprendo. Tenemos tantos talentos...

En la segunda mitad, les bleus se volvieron más incisivos y percutientes. Pero marcaron los griegos. Desgraciadamente, nos quedamos enredados. Tuvimos la voluntad de reaccionar, pero demasiado ofuscados. Practicamos una forma de fútbol hurra que no es nuestro estilo. No lo comprendo. Nuestro equipo tiene tal solidez, tal suma de talentos... No estábamos todavía, tras el tanto griego (m. 64), en una situación de urgencia. Pero nuestros adversarios practicaron un buen marcaje individual a Henry y Trezeguet, así como una buena defensa en zona ante Zidane.

Estoy seguro de que les bleus no jugaron con su verdadero talento ni su verdadero valor. Al final, Francia quedó más abajo de lo que se podía esperar. Colectivamente, porque nunca llegó a tranquilizarse. Individualmente, porque, aparte de uno o dos jugadores, no cogimos la espiral positiva. Aun así, creí hasta el último minuto que podríamos igualar en alguna acción individual.

En todo caso, Platini tiene razón: el equipo ha dado la misma imagen que en el Mundial de 2002. Las razones son diferentes, pero el resultado es similar. Jamás ha hallado su dimensión en el torneo.

© Le Monde / EL PAÍS

Aimé Jacquet es director técnico del fútbol francés y fue seleccionador nacional.