Sólo Robben
El holandés, autor del penalti decisivo, el único jugador que muestra algo de su repertorio
Los adjetivos sobre las habilidades de los jugadores son improcedentes para describir el encuentro. Un partido entregado a la lluvia incesante de pelotazos, a un constante despreciar la elaboración del juego, y con una acusada tendencia al barullo y el rebote.
- Robben. Un paso de claqué y Ostlund, sorprendido, se da cuenta de que ya no se encuentra entre Robben y su portería. El mejor. Se movió por el centro, por la izquierda y por la derecha. Obligó además a Isaksson a hacer su mejor intervención al sacar un disparo duro a mano cambiada. En la prórroga disparó al palo.
- Seedorf. Todos los defectos del juego del patio de colegio y ninguna de sus virtudes. Individualista y desacertado. En la prórroga lanzó una falta que sacó milagrosamente Isaksson.
- Van der Meyde. Incapaz de encarar, no creó ni una sola posición de ventaja para su equipo. Fatal en el uno contra uno, cobarde y romo.
- Davids. Con las botas cambiadas de pie. Falló infinidad de pases, algunos de ellos sin que nadie le presionara. No dio alternativa a sus defensas para que dejaran de lanzar obuses a 40 metros: la idea de darle el balón a él les debió de parecer aún peor que rifarlo.
- Van Nistelrooy. De menos a más. Empezó simulando penaltis y discutiendo con los defensas rivales. Acabó con toda una colección de remates: uno de hombro, otro de tacón, otro con el pecho... Pero todos fuera, incluido uno en el último minuto del tiempo reglamentario. No le ayudó el que el motor holandés estuviese gripado.
- Stam. Bien al cruce. Muy atento a los movimientos pendulares de Larsson y a las apariciones de Ibrahimovic. Poderoso en el juego aéreo. Abuso de los balones largos, al igual que De Boer mientras estuvo en el campo. Hizo una extraña jugada individual en el ataque que culminó con un tiro raso y pegado al palo desde la frontal.
- Cocu. Se dedicó a defender con mucha más intensidad que a cualquier otra tarea. De hecho, sacó de la línea de gol un disparo de Ibrahimovic. Apenas entró en contacto con el balón para construir.
- Larsson. El futuro jugador del Barcelona sólo disparó a puerta a balón parado, con la excepción de un balón al larguero en la prórroga. Intentó caracolear a lo ancho del área para meter algún balón interior a Ibrahimovic, pero el poquísimo peso de Suecia en el ataque a lo largo del partido le dejó aislado y sin entrar apenas en juego durante muchísimos minutos.
- Ibrahimovic. Se dedicó a hacer faltas a los defensas holandeses y a desesperarse. Apareció poco y casi siempre para intentar llegar a algún balón a la desesperada y en franca desventaja.
- Ljungberg. Metió un centro peligroso en profundidad que por poco no fue gol de Wihelmsson. Pero, aparte de eso, no se le cruzó por la cabeza ni una sola idea que tuviera como finalidad crear peligro, a excepción de un lanzamiento a la media vuelta que salió fuera y un tiro al palo en la prolongación.
- Jonson. El Robben sueco. Intermitente, pero el único con desborde. Se inventó la mejor jugada sueca. Profundizó por su banda, la derecha; se fue de Van Bronkhorst y dio una especie de pase de la muerte que Svensson desaprovechó al disparar al cuerpo de Bouma.
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