La agrupación díscola
La hegemonía de Gaspar Zarrías en el PSOE de Jaén se ensombrece por las luchas intestinas en la capital
Gaspar Zarrías va a optar en el próximo congreso del PSOE de Jaén a su cuarto mandato como secretario general. Desde que en 1994 se impusiera a la corriente guerrista ha dominado el PSOE de Jaén en la última década de modo aplastante. Y así parece que seguirá siendo tras el congreso del 24 de julio, máxime después de que en la última elección de delegados para los cónclaves federal y regional Zarrías fuese el más votado, con el 96,35%.
Sin embargo, la hegemonía de Zarrías en el PSOE de Jaén se ensombrece desde hace al menos seis años por las luchas intestinas que se suceden en la principal agrupación de la provincia, la de la capital, con más de 700 militantes. Zarrías recuperó en el año 2000 a Antonio Manuel Foche para pacificar una turbulenta agrupación, pero cuatro años después Foche se ha revelado como el principal bastión crítico del socialismo jiennense, llegando incluso a amagar con presentar candidatura alternativa en el próximo congreso. En el trasfondo de todo subyace la pugna entre las distintas familias del socialismo de la capital, que se ha visto acentuada por la pérdida de las tres últimas elecciones municipales.
Esta semana cinco miembros de la ejecutiva municipal, próximos a Zarrías y críticos con Foche, han dimitido de sus puestos y han dejado al descubierto la ruptura que se ha vuelto a producir en el PSOE de la capital jiennense en vísperas de su congreso local, previsto para después del verano. Dos de ellos eran vicesecretarios generales de la agrupación municipal y tres son concejales del Ayuntamiento, con lo que el grupo municipal se ha partido en dos, los seguidores de Foche y los de Zarrías.
De alguna manera vuelve a reproducirse el enfrentamiento del inicio de la pasada legislatura, cuando los seguidores de Zarrías forzaron la marcha del entonces portavoz municipal y ganador de las elecciones primarias en 1998, Juan Torres, para allanar la entrada en la esfera política local de Marcos Gutiérrez, que era la apuesta del secretario provincial para descabalgar al PP del Ayuntamiento jiennense.
El germen de la crisis
Gutiérrez fue el candidato (sin primarias) en los comicios de 2003, pero su derrota fue el germen de la actual crisis. Poco después de las elecciones, el secretario de la agrupación socialista de la capital y viceportavoz del grupo municipal, Antonio Manuel Foche, se descolgó con unas declaraciones en las que recordaba que las elecciones las habían perdido "todos" (en un claro mensaje a la dirección provincial y a la Junta) y acusaba a Zarrías de romper el pacto de otorgarle una vicepresidencia en la Diputación. A partir de ahí se desencadenó una lucha sin cuartel entre los partidarios de Foche y de Zarrías que ha ido acentuando las diferencias entre los dos sectores.
Los críticos a Foche presentaron sus credenciales en una asamblea celebrada el verano pasado, obteniendo el 27% de los votos, pero ese porcentaje aumentó hasta el 42% en la asamblea del pasado mes de mayo para la elección de delegados para el congreso provincial. Tras la dimisión de los cinco miembros de la ejecutiva local muchos son los que piensan que las fuerzas están ahora más equilibradas que nunca en la agrupación municipal.
La ruptura entre Foche y Zarrías se puso de manifiesto en la comparecencia ante la prensa del primero el pasado 13 de mayo. Foche le recordaba al secretario general del PSOE jiennense que el partido aconseja limitar a tres los mandatos orgánicos y señalaba que "en el cambio está a veces, en gran medida, la solución de los problemas". En el congreso del pasado 19 de junio para la elección de los delegados para los congresos federal y regional, Foche dejaba constancia de su distanciamiento con Zarrías al liderar el abandono de 13 de los 16 delegados de la agrupación de la capital. El argumento esgrimido fue el incumplimiento de un pacto para la elección de los delegados, aunque la dirección provincial cree que el verdadero motivo fue que los elegidos por la cúpula del partido no eran de la confianza de Foche.
Zarrías no ha querido entrar en batallas dialécticas y más que hablar, ha movido sus piezas en el tablero. Sus críticos le acusan de nombrar a dirigentes de la agrupación local para puestos institucionales con el fin de fortalecer a su sector y fragilizar a Foche. Así ha ocurrido con el ex portavoz municipal Manuel López como delegado de Obras Públicas; con Fernando Calahorro como subdelegado del Gobierno, o con las delegadas de Justicia y Educación. "Nunca el PSOE de la capital había tenido tanta representación institucional", indicó un destacado dirigente crítico a Foche.
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