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Reportaje:Eurocopa 2004 | Duelo de artilleros en Faro

Tiemblan las porterías

El holandés Van Nistelrooy, máximo goleador del campeonato con Rooney, desafía a los suecos Ibrahimovic y Larsson

Ramon Besa

A sus 33 años, Cocu está a punto de alcanzar su 80º partido como internacional y, sin embargo, pocos le han excitado tanto como el de hoy, en Faro, contra Suecia. "Igual empatamos a tres", resume el capitán de Holanda y, por su modo de expresarse, la extensión del seleccionador en el campo, si es que Dick Advocaat pinta algo: la rechifla de la hinchada cuando aparece en los vídeomarcadores es tan estruendosa que cualquiera que no fuera él echaría a correr.

A los holandeses, en cambio, les encanta el ruido del fútbol. Y es ante los decibelios cuando la voz de Cocu suena clarividente: "Los suecos tienen un gran poder ofensivo y ciertas lagunas defensivas. Igual que nosotros. Tenemos que jugar como contra Letonia: en su campo y sin complejos. La experiencia vivida frente a los checos nos dice que, si concedemos la iniciativa, pereceremos porque perdemos fácilmente la cabeza".

Advocaat ha dado con la fórmula después de tocar muchas teclas. "Antes del torneo, dimos vueltas y vueltas al dibujo", recuerda Zenden; "buscábamos nuestro estilo a partir del rombo, un 4-4-2, con dos arietes, para acabar donde siempre". Y Davids apostilla: "Jugamos cómodos". Así que Holanda se desplegará con dos extremos y un delantero centro, punto y final de su juego: Van Nistelrooy, el máximo goleador (4), empatado con el ya eliminado Rooney, inglés.

El ariete del Manchester United tendrá, eso sí, una dura competencia. Suecia posee la pareja más terminal: Larsson-Ibrahimovic, cinco goles entre los dos. Así que en el Algarve se van a citar tres de los delanteros más certeros. Y los tres se conocen bien. Ibrahimovic juega en el Ajax y Larsson lo hizo en el Feyenoord. "Van Nistelrooy es fantástico", explica Larsson; "es capaz de marcar desde cualquier posición. Es demasiado bueno para decir en qué nos parecemos".

Van Nistelrooy ha marcado en cada partido. Firmó el empate contra los alemanes en un escorzo precioso, remachó el segundo gol contra los chechos y en media hora liquidó a los letones con dos tantos. Desde que juega como único delantero en el área, liberado de Kluivert, ataca los centros, se muestra fuerte, está rápido... "Antes de cada partido sabemos que contaremos con al menos un gol suyo", cuenta Overmars, quien no cesa de pasarle la mano a una majerico, la planta de la suerte que les regalaron a los holandeses en Braga. "Hay que oler la mano y no la planta", precisa, "porque, si no, ya no hay suerte que valga".

"Que marque Van Nistelrooy, que yo procuraré que no lo haga Larsson. Le conozco. Me recuerda a Batistuta", alega Advocaat, que coincidió con él en Glasgow cuando él era técnico del Rangers y el otro la estrella del Celtic. Larsson lleva tres goles, uno precioso, de cabeza, a Bulgaria, y está dispuesto a repetir porque queda libre. "No sé nada sobre mi futuro", cuenta; "después de tantos años en el Celtic, sería difícil motivarse en un club que no compita por los títulos. Prefiero aguardar antes que tomar una decisión que no me convenga". Frank Rijkaard, el entrenador del Barcelona, está enamorado de él.

A Larsson le encantan los grandes retos. A ratos pensaba en dejar el fútbol y dedicarse al golf. Después de disputar 315 partidos y marcar 247 goles en siete años con el Celtic, poco más podía decir allí. Incluso ya había anunciado después del Mundial de 2002 que dejaba la selección tras alcanzar los 25 goles en 74 actuaciones. El diario sueco Aftonbladet recogió entonces 110.000 firmas pidiendo al jefe del Gobierno nacional que le instara a cambiar de opinión. Recuperado para la causa sueca, Larsson reconoció: "He aprendido que jamás hay que decir nunca".

A sus 33 años, Larsson está de nuevo en el escaparate, dispuesto a continuar una carrera con un promedio superior a los 20 goles por curso. Más que mermarle, las lesiones le han estimulado, pues, tras sufrir una fractura en una pierna, ganó la Bota de Oro en 2001. Pese a su condición de ariete, puede jugar de segundo delantero porque es rápido, listo y... regular.

Lo imposible queda para Ibrahimovic. Y, si no, que le pregunten a Buffon, al que retrató con un excelso taconazo que sumió a Italia en una depresión fatal. Pese a medir casi dos metros, el delantero del Ajax es flexible como un junco, lógico en un futbolista que practica el taekwondo y soñaba con ser Ali. Hijo de emigrantes bosnios, formado en la barriada sueca de Rosemgrad, azotada por el desempleo, está acostumbrado a buscarse la vida. A sus 22 años, tiene físico y técnica, y es veloz. Los técnicos coinciden en que, por su zancada y variedad de remates, se parece a Van Basten. "Lo tiene todo. Es el mayor talento que he visto", concluye Lars Lagerbäck, uno de los seleccionadores suecos.

Ibrahimovic y Larsson aseguran la pegada de Suecia, que siempre ha tenido buenos delanteros, entre los últimos Andersson, Brolin y Dahlin. Poderosa físicamente, corre al encuentro de Holanda. Y Holanda, deliciosamente vestida, va en busca de Suecia. Dos vías distintas para encontrar el gol. Tiemblan las porterías.

Van Nistelrooy corre con el balón, tras  un gol, mientras le felicitan De Boer, Van Bronckhorst, Cocu y Stam.
Van Nistelrooy corre con el balón, tras un gol, mientras le felicitan De Boer, Van Bronckhorst, Cocu y Stam.REUTERS

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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