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Reportaje:Eurocopa 2004 | El gran duelo de cuartos

'Abejita' desafiante

Cristiano Ronaldo, criado en la misma escuela que Figo y seguro de ser el mejor delantero del mundo, abandera la nueva generación lusa

Diego Torres

Lisboa es una ciudad convulsa por la que transitan miles de aficionados de un equipo distinto cada día y van dejando marcas. Los españoles la tomaron el domingo con espíritu anexionista trazando un desfile de banderas desde la Plaza del Marqués de Pombal a la Plaza del Comercio, en el muelle. El lunes, de madrugada, los portugueses la reconquistaron atascando la Avenida da Liberdade con bocinas y con la exhibición de estandartes más multitudinaria en décadas. El mismo lunes, y hasta el martes cuando despuntó el alba, miles de ingleses cambiaron el paisaje de la ciudad cantándole a la reina. Un grupo de Bromwich, en una operación especial, colgó dos banderas cruzadas de la fuente francesa de la Plaza del Rossio. Ayer por la mañana, las banderas inglesas amanecieron mojadas y triunfantes. Y allí seguirán. A menos que hoy, en el Estadio da Luz, Abejita vuelva a picar.

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Abejita, que así llaman a Ronaldo en su Madeira natal, es el rostro desafiante y sonriente de la nueva Portugal que hoy se medirá a Inglaterra. Un chico de 19 años, sin prejuicios, encantado de haberse conocido, fanfarrón reprimido con un discurso político que no consigue creerse, totalmente seguro como está de ser el mejor delantero del mundo, pero consciente de lo que debe decir: "Respeto a los colegas como Figo y Simão, que juegan en mi puesto (...). Tengo un respeto muy grande por Figo, Couto y Rui Costa, que son mis referencias (...). Wayne Rooney (...) es un jugador joven al que tenemos que respetar como a Owen y Beckham (...). Respeto a Gary Neville, con el que no me he enfrentado (...). Respeto a Ashley Cole (...). Respeto a Inglaterra (...)".

Además de batir el récord de manifestaciones de respeto el martes pasado, Cristiano Ronaldo se convirtió hace un año en el traspaso más caro de la historia del fútbol portugués, cuando el Manchester lo fichó del Sporting a cambio de 15 millones de euros. Los futbolistas se contagian, pero no pueden imitarse. Cuando Cristiano Ronaldo llegó al Sporting de Lisboa, en 1997, intentaba reproducir la bicicleta de Figo, que había dejado el club hacía tres años para convertirse en el emblema del fútbol portugués. Siete años más tarde, Cristiano y Figo se han encontrado para jugar un puñado de partidos que pueden pasar a la historia grande de la selección lusa.

Cristiano y Figo se identifican por su espíritu exhibicionista. Los dos son vanidosos y, como todos los extremos, se alimentan de su relación con la grada. Si se diferencian por algo es por su carácter. Cristiano tiene una sonrisa fotográfica, como si viviese de vacaciones. Su cuerpo es más equilibrado, más exacto, y su juego más fútil, menos rotundo que el de Figo. Esto parece una consecuencia del carácter. Él, en privado, se ufana de una cosa. "Soy el único jugador en el mundo que dribla con las dos piernas igual; salgo con la derecha y con la izquierda, para los dos lados", dice. Y con eso lo dice todo.

"El equipo ha demostrado un gran carácter, una gran ambición...", prosiguió Cristiano el martes, hablando del partido de Portugal contra Inglaterra. Con esas frases medidas, diseñadas para la conferencia de prensa multitudinaria, el chico parecía seguir al dedillo el eslogan de la empresa que lo ha escogido para patrocinarse, conduciendo la pelota por un campo entre descargas eléctricas. Así aparece en el mural del Banco do Espíritu Santo, en Lisboa, con la sentencia que asegura: "Temos Paixao. Temos Ambiçao. Temos Equipa".

Pasión, se le supone. Ambición, no le falta. Cuando el técnico del Manchester, Alex Ferguson, lo llevó a Inglaterra para mostrarle el club, le propuso que se quedara cedido en el Sporting una temporada antes de pasar a la Premier. El jugador, que tenía 18 años, no se lo permitió: "Me quiero quedar aquí". A la semana siguiente se mudó a Inglaterra con su madre, su hermana, su cuñado y su sobrino para heredar el 7 de Beckham. Gana dos millones de euros al año y si se los gasta en algo es en ropa.

A los 13 años, Cristiano Ronaldo se despidió de su padre, el utillero del pequeño Andurinha Futebol Clube, y dejó la isla de Madeira para marcharse a la escuela del Sporting. Se crió en el mismo ámbito que produjo a Viana, Figo, Simão, Quaresma, o Boamorte. Y aunque dejaron de llamarle Abejita no perdió el interés por exhibir su extraordinario dribling saltando de marcador en marcador.

Hoy tendrá la oportunidad de hacerlo ante Inglaterra. Igual que lo demostró contra España, siguiendo la estela del comandante Figo para ejecutar lo que le mandó el seleccionador con rudimentarias palabras: "Tenemos que subirnos encima de ellos y, como dijo Scolari, darles porradas".

Cristiano Ronaldo juguetea con el balón.
Cristiano Ronaldo juguetea con el balón.REUTERS

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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