Alberto y Esperanza

Un derby para octubre: Alberto Ruiz-Gallardón dirá el discurso inaugural del XV Congreso del PP y Esperanza Aguirre lo presidirá. Pronóstico para las quinielas: Rajoy lo ganará, y será candidato dentro de cuatro años. Algo más: las perderá. Pero esto es manía de profeta. No se sabe cómo será Rajoy después de octubre y hasta 2008: ahora mantiene la "política de secretario general", como se decía en el PC; mando de una sola persona. Jerarquía, entre los fachas españoles. Ha quitado de en medio a Ruiz-Gallardón: le da el discurso a cambio de que no sea candidato. Había grupos importantes en el partido que le hubieran elegido: algunos que creen que hace falta centrismo y suavidad; y que suponen esas habilidades en el alcalde de Madrid. Se quita a Aguirre, que representa lo contrario, el "núcleo duro": más allá de Aznar. Extrema derecha legal. ¿Qué es Rajoy? Un muñidor, o sea la persona que "gestiona activamente para concertar tratos o fraguar intrigas" (Acad.). Pero también es, por la docta casa, "criado de cofradía". La cofradía: ya el Papa advierte a Zapatero y su (nuestro) embajador que no quieren aborto, divorcio, enseñanza laica, homosexualidad. Es la voz del Opus, la del PP. Les dicen en público (Navarro Valls) que para estar a bien con la Santa Sede hay que estarlo antes con la Conferencia Episcopal: con Rouco, el Opus, con los Kikos.

¿Qué dirá Gallardón? Lo estará pensando. Tiene vacaciones duras. Si es el portavoz del partido, no podrá ser él mismo. Pero si dice algo más de lo debido, si quiere encaminar al PP por algún camino dulce, luego hablará Acebes para hacer su panegírico del Gobierno anterior. Y Aznar, en la sala. No estará en cambio en la comisión del Congreso que "investiga" (las comillas son mías) el 11 de marzo. Ni Zapatero, ni Felipe González; es un convenio más entre partidos. Desde el PP se quiere crear un organismo superior con jefes de gobierno: para restaurar a Aznar y a Calvo Sotelo. Con Felipe, claro. Vaya por Dios, por la Virgen Santísima y por Kiko Argüelles, por la sombra de Escrivá (¡Josemaría y Kiko!) y por el papa valetudinario, al que ZP dio la mano izquierda, porque se hirió la derecha en el baloncesto, al que hemos pasado después del pádel.