Los hombres vuelven a la Superliga y las mujeres bajan

La selección española masculina de atletismo consiguió en Estambul el ascenso a la Superliga Europea al ganar el grupo B de la primera división con 129 puntos y una sólida ventaja de 26 sobre Finlandia. Al mismo tiempo que en Polonia, España descendía de la Superliga femenina, el equipo masculino logró el ascenso, de modo que las dos ramas, que compitieron juntas el año pasado en Florencia en la máxima categoría continental, invirtieron posiciones y volvieron a cruzarse en el camino.

Tres nuevas victorias en la segunda jornada (Mario Pestano, con 66,42 metros, en disco, Antonio Reina, 1.48,60m en 800 y el relevo 4x400), unidas a las cinco del sábado, redondearon el éxito del equipo masculino español, que se permitió el lujo de alinear a dos suplentes en la última prueba del torneo.

El equipo femenino perdió la máxima categoría pese al triunfo individual de Iris Fuentes en 1.500 metros y el récord nacional de Rosa Morato en 3.000 obstáculos en la segunda jornada de la Superliga. Dos años después de incorporarse, en Sevilla, al grupo de los grandes de Europa, la selección española terminó séptima en la Superliga, sólo por delante de Gran Bretaña y a 76 puntos de Rusia, que volvió a ejercer un dominio avasallador. El equipo español, que había terminado la primera jornada a 10 puntos de la permanencia, empezó la segunda bajo el mismo signo negativo: Berta Castells fue última en martillo con 64,02 metros, cuatro por debajo de su mejor marca del año. A continuación, Glory Alozie, ganadora el año pasado en 100 metros vallas, hubo de resignarse, partiendo sin referencias de la calle uno, al tercer puesto con 12.95. La permanencia era ya imposible.