El policía asesinado en El Prat dejó ir a los detenidos al lavabo sin esposas

El agente del Cuerpo Nacional de Policía de 25 años que fue asesinado el 24 de mayo en los juzgados de El Prat de Llobregat dejó ir al lavabo sin esposas a los dos detenidos que custodiaba, lo que fue aprovechado por uno de ellos para arrebatarle el arma y matarle de un disparo. Antonio Giménez Hernández y Julio Navarro Fernández prestaron declaración y fueron conducidos a los calabozos del juzgado, una sala en la que es habitual que se retiren las esposas a los detenidos. En ese momento, uno de los dos policías que los custodiaban se fue de nuevo al juzgado para conducir a otro detenido y fue entonces cuando los arrestados convencieron al policía para que les dejase ir al lavabo.

De regreso, Navarro se avalanzó sobre el agente y, tras diversos golpes y forcejeos, le arrebató el arma y le pegó un tiro por la espalda. Después disparó a la cerradura de una puerta para abrirla, y salió de los juzgados por el aparcamiento a tiros. Detrás salió el otro detenido y una de las balas alcanzó a un hombre que se había camuflado agachado entre dos coches.

El herido, que no había tenido tiempo de refugiarse en un supermercado cercano como sí hicieron compañeros de trabajo suyos con los que caminaba por la calle cuando fueron sorprendidos, recibió el impacto de una bala en el cuello. El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de El Prat que investiga los hechos ha levantado el secreto de sumario, que consta de más de 700 folios y en el que hay cinco imputados. El Departamento de Justicia ha rechazado personarse en el caso como perjudicado.