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FÓRUM DE BARCELONA | Observatorio
Columna
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'World Expo Forum 2004'

Judith Astelarra

En el vuelo de Helsinki a San Petersburgo me encontré en la revista de Finnair un artículo que decía que: "En Barcelona este verano, lo pequeño no es hermoso. La ciudad está dominada por la World Expo Forum 2004 y todo en ella es grande". De modo que al regresar a Barcelona decidí ir a pasear por la "World Expo" del Fórum y ver sus grandes espectáculos.

Comencé dirigiéndome hacia el puerto para ver a los voladores de Papantla. En el camino me encontré con los invertebrados gigantes, hábilmente manejados por conductores que movían muchas palancas. Me pareció encontrarme en la prehistoria. Los voladores mexicanos me acercaron en el tiempo, con un rito maya que también era grandioso. Con sus trajes ceremoniales rojos parecían grandes pájaros volando sobre el muelle. Una expresión cultural todavía cercana a la naturaleza. Continué luego a ver al Gigante de los Siete Mares. El Auditorio estaba lleno de colegiales que cantaban, hacían olas y se divertían. El gran gigante comenzó a moverse y sobre el escenario aparecieron otros voladores humanos. En este caso, se trataba de trabajadores de la era industrial, que contaminaban todo dejándolo negro y muy sucio. También volaban atados a cuerdas, incluso a más altura, pero ya con redes que protegían de las caídas. Mucho humo gris y mucho chapapote flotando en el ambiente. Es otro acto de grandes proporciones, esta vez con moralina sobre los efectos de la cultura.

Confieso que el paseo me resultó divertido. Creo que la compañía de los chavales me contagió su entusiasmo y ganas de vacaciones. Así que, en lugar de cavilar sobre las dificultades ciudadanas, decidí disfrutar del apartado entretenimiento del Fórum.

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