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El Gobierno vasco replica que las obras pueden comenzar este mismo año a partir de Irún

El Gobierno vasco replicó ayer que el tren de alta velocidad podría comenzar a ejecutarse este mismo año, a partir de Irún (Guipúzcoa), porque existen "cuatro proyectos [constructivos]" del Ejecutivo autónomo y "dos del propio Ministerio" de Fomento. El Departamento vasco de Transportes y Obras Públicas lamentó, en un comunicado, que la conocida como Y ferroviaria carezca de una fecha de ejecución, aunque apreció "un cambio de actitud positivo".

Instó a Fomento a traducir en "hechos y acuerdos concretos" el anuncio de una cooperación entre las dos administraciones y agregó que espera "una confirmación" de la reunión con la ministra el próximo 30 de junio para tratar este asunto, "ya que hasta la fecha sólo está anunciada una reunión técnica de planificación del transporte".

El proyecto del tren de alta velocidad vasco fue motivo de continuo enfrentamiento con el anterior Gobierno del PP y el ex ministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos, quien llevó a los tribunales al Ejecutivo vasco. La razón fue la decisión, el pasado año, del Gabinete de Ibarretxe de licitar por su cuenta los proyectos constructivos de casi todo el tramo guipuzcoano de la Y, pese a que la competencia es de Fomento.

El Gobierno de Vitoria ha reiterado que, con ello, quería azuzar a Madrid para que agilizase el proyecto y ahora mantiene que su actitud ha propiciado que el inicio de las obras esté cercano.

Esta polémica se prolongó hasta el final de la legislatura y se llegó a una situación en la que había dos proyectos constructivos de obra para varios tramos. El Ejecutivo vasco ha asegurado haberse gastado más de 11,5 millones de euros en estudios y proyectos para el tren de alta velocidad, de los que 3,8 millones corresponden a los proyectos constructivos de cuatro tramos.

Enfrentamiento con Cascos

El consejero vasco de Obras, Álvaro Amann, ofreció en los últimos meses de la legislatura, en un intento de suavizar las fricciones, estos proyectos a Fomento, pero no hubo tampoco un compromiso firme de retirarlos.

A un mes de las pasadas elecciones de marzo, el Consejo de Ministros aprobó los ocho primeros tramos del proyecto, que sumaban 46 kilómetros del trazado, con un presupuesto de 807,4 millones de euros y el compromiso de iniciar las obras de la Y este mismo año.

Este proyecto ha causado también fricciones en el propio Gobierno vasco, porque IU, uno de los tres socios, se opone a la Y y defiende un trazado menos agresivo con el medio ambiente y más parecido a un tren convencional.

No es el único escollo. La Audiencia Nacional también investiga desde hace casi tres años una denuncia formulada por un grupo ecologista, que aduce el incumplimiento de la Ley del Transporte de 1987, por carecer, según argumentan, de rentabilidad económico y social y de una declaración de impacto en los proyectos.

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