Agresión al Parque de María Luisa

El Parque de María Luisa es un recinto de gran valor ambiental, paisajístico y monumental que hemos recibido como herencia de las generaciones anteriores. Al ser una mezcla de elementos vivos, fauna y flora, y estáticos, edificios, posee un delicado equilibrio que no debiera ser puesto en riesgo innecesariamente.

El Parque no es propiedad del Ayuntamiento, es propiedad del común de los sevillanos y la obligación de la corporación municipal es cuidarlo, protegerlo de todo tipo de agresiones y tratar de mejorarlo si cabe. ¿Cumple esta labor nuestro ayuntamiento o se comporta más bien como si fuera el propietario ?

Desde hace dos o tres años, las agresiones al Parque se suceden continuamente, unas son realizadas por particulares, como es jugar partidos de fútbol en las zonas de césped, arrojar basuras, dejar perros sueltos o circular a gran velocidad con los triciclos por las zonas más recónditas de los jardines. Pero otras las genera el mismo ayuntamiento. Durante tres años, casi todo el parque ha estado lleno de zanjas para la instalación de tuberías de riego. Estas obras, que se han eternizado sin justificación durante meses, han llenado de basuras y barro el Parque, impidiendo el disfrute de extensas zonas.

Pero esta continua sucesión de torpezas no ha terminado. Recientemente, con el inicio de las obras del metro y el corte de la calle San Fernando, se ha habilitado una de sus avenidas como vía rápida. Puede que esta medida sea la única posible, visto el cuello de botella que para el tráfico se crea en la zona por las obras, pero, ¿era también necesario convertir el bulevar de la avenida de Isabel la Católica en un aparcamiento? ¿Es aceptable que la entrada principal del Parque, el parque principal de Sevilla, se haya convertido en un aparcamiento como si fuera la entrada de un hipermercado?

Pero la imaginación de nuestro Ayuntamiento parece no tener límite en su empeño de destrozar el Parque. No se le ha ocurrido otra cosa que convertir gran parte del Parque en la sede de una magna exhibición hípica. Varios de sus paseos se han llenado de cuadras, casetas, vehículos todoterreno, camiones y remolques. Donde antes se podía pasear o correr tranquilamente, sólo se pueden ver basuras, excrementos y desechos de las instalaciones. ¿No existía una zona más adecuada en Sevilla para dicha exhibición, por ejemplo, el campo de la feria, el Charco de la Pava o alguna avenida de la Expo?

Pero el Ayuntamiento, en su denodado esfuerzo aún puede llegar a más. La Plaza de España, que actualmente tiene un aspecto desolador, con su ría vacía por unas obras que no se sabe cuando finalizarán y que se está convirtiendo en un basurero, ha sido cubierta de albero en su parte central para que los caballos puedan trotar. ¡Un monumento de la ciudad cubierto de albero y de suciedad!