LA CONJURA DE EUSEBIO.
Quedaban pocos minutos para el trascendental Portugal-Rusia. El futbolista luso más legendario, Eusebio, pisó entonces el césped del estadio Da Luz. Allí se encontró con la mascota del torneo, Kinas, con quien cruzó un saludo de apoyo. Precisamente fue la mano de La Pantera Negra la que unió los destinos de portugueses, rusos, españoles y griegos al sacar sus bolas en el sorteo.
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