_
_
_
_
Reportaje:Eurocopa 2004

Italia no se mueve

Lejos de poner los medios para que brillen futbolistas como Totti, se les obliga a jugar en el árido fútbol que predican técnicos como Trapattoni

Santiago Segurola

Italia comenzó su aventura en la Eurocopa con su tradicional declaración de principios: jugó mal y sufrió una pesadilla ante Dinamarca, un equipo de mucho mérito. Un país pequeño, sin apenas equipos profesionales, se ha acostumbrado a producir buenos jugadores, magníficos en ocasiones. En su palmarés tiene la Eurocopa 92, aquel triunfo de aire hippie que consagró el fútbol danés. Hay en Dinamarca una mezcla de escuelas. A la voluntad nórdica añade el peso de la influencia holandesa, evidente en unos futbolistas que encuentran en Amsterdam, Eindhoven y Rotterdam el destino natural en sus primeros años de carrera. Allí triunfaron aquellos Arnessen y Lerby, como lo han hecho Tomasson o Romedahl, dos de los principales jugadores de la actual selección danesa. Se trata, en definitiva, de un equipo respetable que puso en evidencia a Italia. El empate dice poco del partido. Visto lo que sucedió, es un resultado muy satisfactorio para la selección de Trapattoni.

Más información
Decepcionantes 'azzurri'
"A Totti le perdonaron"
Italia corre detrás del rival
Fiesta sueca

El punto de partida de Italia es decepcionante para sus mejores jugadores y para su religiosa hinchada, que traga con todo. Lejos de poner los medios para que brillen futbolistas como Totti, se les obliga a jugar en el árido fútbol que predican entrenadores como Trapattoni, representante de una escuela que se niega a capitular. Es una cultura impregnada hasta el hueso del fútbol italiano. A Sacchi se le consideró un ateo y ahora se mira con desconfianza el éxito del Milan, un éxito que tiene el valor de lo contracultural. ¿De qué otra manera se puede calificar a un equipo que juega con Pirlo como medio centro, con Kaká como media punta, con dos delanteros -Shevchenko y Tomasson- y con Seedorf en el centro del campo? Se dice que el éxito genera moda, y más en Italia que en ninguna otra parte, pues ésa era la defensa que se hacía del catenaccio: aburría pero daba buenos resultados. Ahora el Milan gana, divierte, contraviene los principios sagrados y no genera moda. Se le rechaza: no es esencialmente italiano.

La alineación explicaba los problemas de Italia. El centro del campo estaba integrado por Camoranesi, Cristiano Zanetti y Perrotta. La posibilidad de armar un fútbol decente con esos jugadores es nula. No hay manera de conectarles con Totti, ni con Vieri, ni con el decaído Del Piero, cuyo crédito se reduce año a año. Trapattoni le da tratamiento de titular para evitarse conflictos y debates. Pero resulta más feo ver a Del Piero exiliado en la banda izquierda, anulado para el juego y convertido en un futbolista irrelevante. Con esa alineación, Italia fracasó en el primer tiempo y sólo consiguió dividir algo el partido en el segundo tiempo. Demasiado poco, como casi siempre. Va en el estilo de una selección que progresará. Habrá polémica y Trapattoni atenderá a las sugerencias: entrará Pirlo, sacará a Del Piero de la alineación y, poco a poco, Italia hará camino. Así lo dice la historia.

Giovanni Trapattoni, el seleccionador italiano, da consignas a Totti.
Giovanni Trapattoni, el seleccionador italiano, da consignas a Totti.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_