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Los independientes de Barbate expulsan a uno de sus dos ediles, quien será clave en la gobernabilidad

El Partido Barbateños Unidos (PBU), socio de gobierno del PP y PA hasta hace ocho días en el Ayuntamiento de Barbate (Cádiz, 22.000 habitantes), expulsó ayer de esta formación independiente al concejal Antonio Romero Ramos por "deslealtad al partido" al adoptar decisiones al margen de la dirección del PBU. Este edil, que vive habitualmente en Marbella y acude a Barbate a los plenos, anunció ayer que mantendrá el acta de concejal y se irá al grupo mixto. Su voto será decisivo en adelante para decantar los acuerdos de gobierno o las propuestas de la oposición en los plenos.

El PP (ocho concejales) y el PA (dos) gobiernan en minoría después de que el alcalde de Barbate, el popular Juan Manuel de Jesús, rompiera el lunes de la pasada semana el pacto de gobierno con el PBU tras numerosos escándalos protagonizados por sus ya antiguos socios municipales. IU (cinco concejales), PSOE (cuatro) y el edil del PBU alejado del gobierno, Jesús Marín, empatan en número de representantes con la coalición de gobierno. Quien romperá este empate será Antonio Romero Ramos.

El portavoz del PSOE, Tomás Sánchez, denunció la pasada semana un posible acuerdo entre el alcalde y Romero, extremo que fue desmentido por el primer edil.

Jesús Marín Ariza informó ayer de que expulsan a Antonio Romero por "hacer declaraciones inciertas" sobre el presidente del PBU y por "tomar iniciativas propias sin consultar con el partido". Sin embargo, Romero negó ayer que haya recibido un expediente de expulsión y que le hayan comunicado esta decisión. "Ni me han dicho nada ni voy a dejar de ser concejal, que para eso me han elegido los barbateños", dijo Ramos, quien mostró su deseo de permanecer como edil los tres años que restan de mandato. "Sólo me iré si la ciudadanía me echa cuando haya unas nuevas elecciones. Mientras tanto, el acta de concejal me la han dado los votos de los barbateños", afirmó.

Antonio Romero ha sido muy cuestionado debido a su imputación el pasado verano por la construcción de una gasolinera en Marbella, cuando era dirigente del GIL. Ha sido también criticado por su vinculación con el antiguo presidente de la ciudad autónoma de Ceuta por el GIL, Antonio San Pietro.

Marín tampoco ha pasado desapercibido este último año. La ruptura del pacto de gobierno se produjo cuando este edil pidió al alcalde que le permitiera contratar a otra de sus hermanas (ya había colocado a dos).

El primer edil se negó y el concejal independiente puso en un aprieto al PP al no asistir a un pleno. Desde hace meses, es acusado de impago por un vidente llamado Radhú, quien asegura que el edil le solicitó un ritual de magia satánica para que obtuviera un puesto en el gobierno municipal.

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