_
_
_
_
Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Rafael Morales, difusor del flamenco en Cataluña

En la madrugada falleció en Barcelona, donde vivía desde 1971, Rafael Morales Montes, víctima de una larga y cruel enfermedad que le causó grandes sufrimientos. Fue una personalidad de referencia en prácticamente toda la red, espesa y fértil, de realizaciones flamencas que se tejieron en Cataluña desde el importante núcleo de la inmigración andaluza, a la que él mismo pertenecía. Rafael Morales había nacido en Córdoba en 1936, y en 1969 se trasladó a Cataluña, donde ya residía parte de su familia.

En su niñez estudió muchas cosas; ya adulto tuvo muchas profesiones. Todo ello era signo de su inquietud vital, de su afán por implicarse en las más diversas actividades. Como él mismo dijo en alguna ocasión, fue "maletilla, futbolero, poetilla, filosofillo, socialero, trasnochador y verbenero... Aprendiz de todo y maestro de nada".

Fue maestro, creo yo, y pese a lo que él dijera, en el arte de hacer amigos. El flamenco, parece ocioso decirlo, estuvo entre sus ilusiones prioritarias desde que él tuvo memoria. Su madre, Carolina Montes, fue una buena saetera, y en el entorno familiar las reuniones y fiestas en que había cante jondo eran muy frecuentes. Él creció literalmente impregnado por todo eso. "Cuando en mi casa", decía, "cantar y bailar estaba a flor de piel, yo no podía entender que hubiese mundo sin flamenco".

Nunca lo hubo para él. Apenas establecido en Cataluña, cuando aún eran contados los medios flamencos que allí tenían ligera actividad, intuyó que toda aquella enorme población venida del sur necesitaba de alguna manera sentir próximo el arte de su lugar de origen. Rafael Morales se entregó a esa tarea con ejemplar dedicación.

Fue incluso, entre 1979 y 1989, cantaor para acompañar el baile con el nombre de Niño Montes, actuando profesionalmente en la compañía de José de la Vega. Después, profundamente convencido de la necesidad del estudio y la difusión del arte flamenco, se dedicó a ello en cuerpo y alma. Tuvo presencia, casi siempre fundamental, en todos los organismos y entidades en torno al flamenco en que Barcelona y sus núcleos de poblaciones próximos fueron generosos: peñas flamencas, Casa de Andalucía, programas de radio, el concurso flamenco de primer rango Yunque flamenco y congresos.

Sus cenizas serán trasladadas a Córdoba. Ana María, su viuda, está recibiendo innumerables muestras de sentimiento de tantos y tantos que fuimos amigos de Rafael.-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_