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Reportaje:Eurocopa 2004 | Delanteros con personalidad

La tenacidad de Tomasson

La carrera del milanista se caracteriza por su capacidad para superar siempre todas las expectativas creadas

Nadie apostó por él cuando se fue a Italia tras la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002. Ni siquiera sus amigos, que pensaron que se estrellaría, que no tenía suficiente consistencia para triunfar en una Liga tan competitiva. Se equivocaron... una vez más. Y es que la carrera de John Dal Tomasson, de 27 años, ha estado marcada por su determinación y capacidad para superar siempre las expectativas.

A los 18 años ya cogió sus maletas y se fue a Holanda. Un cazatalentos del Heerenveen le había olfateado ciertas habilidades. Pronto comenzó a crecer. A marcar un gol tras otro, 37 en 78 partidos, hasta que tres cursos después llegó una espléndida oferta del Newcastle, que pagó por él casi cuatro millones de euros. Pero... fracasó. Fue nombrado el peor fichaje de la temporada en Inglaterra. Acusó la ausencia por lesión de Shearer, con quien estaba llamado a formar una pareja demoledora. Como le quedaba algo de prestigio en Holanda, se enroló en el Feyenoord. Y... explotó. Ganó la Liga en 1999 y la Copa de la UEFA en 2002 ante el Borussia de Dortmund marcando el gol decisivo.

"En Italia hay que ser egoísta. Mis goles se los brindo a los 'tifosi' para que me apoyen"
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Para entonces, eso sí, ya se había comprometido con el Milan, al que llegó con la carta de libertad. Y con muchos recelos de casi todos. Pero los fue salvando. Cierto que fue suplente en el primer ejercicio, aunque ya marcó el tanto definitivo frente al Ajax en los cuartos de final de la Liga de Campeones que acabó en las vitrinas milanistas.

Últimamente, ha comido terreno a Inzaghi como socio de Schevchenko, sobre todo gracias al primer ministro y dueño del club, Silvio Berlusconi, que instó a su entrenador, Carlo Ancelotti, a jugar con dos atacantes. En la última campaña marcó 12 goles y ganó su primer scudetto. Aprendió además a moverse como primer delantero y terminó de entender la filosofía del calcio: "En Italia tienes que ser más egoísta. Cuando marco, voy hacia la grada y brindó el gol a la gente. Sé que entonces me apoyarán. Los tifosi forman parte del equipo".

Sus rivales de esta tarde en Guimarães le conocen bien. Sobre todo, el central milanista Nesta. Claro que Tomasson saldrá como segundo punta, arrancando desde atrás, que es su posición preferida por su facilidad para sorprender. Su forma de correr es imprevisible. Llega antes. Cambia de marcha. Aparece de improviso. En esto se parece a Raúl.

Su complemento perfecto es Sand, máximo goleador de la Liga alemana hace dos años con el Schalke y todo un depredador. Sand, que padeció en su día un cáncer testicular, llega en un magnífico estado de forma. Pero ni Tomasson ni él podrán contar con los pases del extremo Gronkjaer, que se perderá el choque por el fallecimiento de su madre.

Con 27 goles en 57 internacionalidades, Tomasson es un especialista en los torneos cortos. Marcó un tanto cada dos partidos tanto en la Eurocopa 2000 como en el Mundial 2002. Tiene un temperamento "nórdico", según los periodistas de su país; "muy frío y con la ideas muy claras". Ayer se paseaba por su hotel de Oporto con el semblante relajado. Lleno de confianza. Frente al espíritu atacante de los daneses, advierte las diferencias culturales: "En Italia puedes ver a niños creciendo y queriendo ser defensas, lo cual no es muy normal en otros países". Dinamarca ha convertido casi en un lema la producción abundante de ocasiones de gol: "Es muy satisfactorio para nosotros los atacantes".

Dinamarca se ha clasificado para las últimas cinco grandes competiciones. Y ésta será su sexta Eurocopa consecutiva. Su gran momento lo vivieron en la de Suecia 1992, que fue para ellos. "Somos mejores que aquel equipo, que era muy de contragolpe", advierte Tomasson.

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