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Eurocopa 2004 | Primera jornada del Grupo B

Desaparecidos y resucitados

Francia se vio lastrada por el bajo rendimiento de Zidane y Henry, que sin embargo fueron quienes le dieron la victoria

Andaban desaparecidos los más ilustres, Zidane y Henry, los jugadores de más alcurnia futbolística de cuantos había sobre el césped. Pero ambos, en un minuto, pusieron el partido del revés. Una falta al borde del área le valió a Zidane para firmar el empate. Un suspiro después, Henry encontró el hueco que se le había negado en todo el choque y James le arrolló. Fue penalti. Enrachado como estaba, Zidane se fue a por el balón y marcó. Hasta entonces, el partido sólo encumbraba a la que se antojaba débil defensa inglesa y a uno de los futbolistas de moda en el fútbol británico, Lampard. Pero Zidane decidió un partido en el que las comparaciones entre los jugadores de ambos equipos favorecían a Inglaterra.

Beckham dio el pase del gol inglés, pero recuperó el papel de villano al fallar un penalti
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Zidane hace el milagro

- Zidane-Scholes. Durante muchos minutos, Zidane volvió a ofrecerse en su versión más gris, como ha venido haciendo en los últimos tiempos en el Madrid. Se topó con Gerrard y Lampard en todas sus arrancadas. Y se estrelló. Vieira se adelantó en la segunda parte y le echó una mano en la zona de tres cuartos. Lo intentó de todas las maneras posibles, pero se mostró lento. Disparó sin éxito hasta en cuatro ocasiones. Llevaba Zidane tiempo sin probar suerte en el lanzamiento de faltas. La presencia en el Madrid de Beckham, Roberto Carlos y Figo, y quizá su timidez, se lo impedían. Ayer probó suerte, y salió a hombros del partido y como máximo goleador del torneo. En el equipo nacional, Scholes se ve obligado a actuar más retrasado que en el Manchester. Así que, liviano como es, pierde la capacidad de sorprender, que es su mejor arma. Ayer sólo dejó un par de detalles sin trascendencia y acabó sustituido.

- Henry-Owen. Comenzó Henry huyendo del costado izquierdo, donde juega en su selección mientras Trezeguet ocupa la punta del ataque. La primera noticia que se tuvo de él llegó en el minuto 45, cuando se inventó una chilena que se fue alta. Luego se echó a la izquierda y allí tuvo más presencia, aunque jamás soñó Gary Neville con tener una noche más tranquila frente a uno de los mejores futbolistas del mundo. Sin embargo, cuando el partido tocaba a su fin, Henry se disfrazó de él mismo y cazó aquel balón en el vértice derecho del área, se fue como una flecha, James le arrolló y el penalti le dio a Francia un triunfo con pinta de imposible. De Owen se puede decir que estuvo. Nada más.

- Pires-Beckham. Amenazó Pires con algo grande en el arranque del choque, y parecía que le podía hacer un roto a Andy Cole. Pero se diluyó el francés, del que apenas se recuerda ninguna acción de mérito. Beckham recuperó su posición en la zona derecha, que abandonó en el Madrid, pero nada digno de mención hizo hasta que en aquella falta sacó el guante, colgó el balón en el área, y Lampard voló para poner por delante a Inglaterra. En la segunda mitad, recuperó el papel de villano que ejerce de vez en cuando en su selección. Se encargó de lanzar el penalti cometido por Silvestre sobre Rooney, pero Barthez le rechazó el disparo.

- Makelele-Gerrard. Nadie le pide al francés que gobierne el juego de su equipo, pero sí que tape al rival, robe balones, se anticipe y huya de los líos. O sea, todo lo que no hizo ayer. En las arrancadas de Gerrard encontró Inglaterra una vía de escape. Y aún le dio tiempo a imponerse siempre a Zidane. El paso adelante que dio Francia en el último tramo del partido, y lo a gusto que estaba Inglaterra con el momentáneo triunfo mínimo, le cortaron las alas.

- Vieira-Lampard. La descomunal presencia de Vieira quedó ensombrecida en el centro del campo durante muchos minutos. En la segunda parte se asomó al ataque en varias ocasiones, pero le perdió la precipitación. Aún así, se bastó para ir empujando a Inglaterra hacia su propia área. Lampard, el mejor jugador inglés de la Premier, sigue iluminado. Además de dirigir desde el eje, se asomó una vez al área rival... y marcó.

- Trezeguet-Rooney. Con una velocidad endiablada, se escapó Rooney de Thuram para ser objeto de penalti por parte de Silvestre. Se sobró para darle trabajo a la defensa francesa, basculando de un lado a otro, incansable, pesadísimo para Thuram y compañía. Trezeguet logró cabecear un balón al cuarto de hora, que se fue alto, y permaneció allí, inmóvil en demasiadas ocasiones, esperando quizá que sus compañeros le colocaran algún que otro balón. Esperando sigue.

Zidane y Beckham se cruzan durante el partido.
Zidane y Beckham se cruzan durante el partido.ASSOCIATED PRESS

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