Más allá de las páginas

Medio centenar de niños de entre 5 y 12 años asistió el pasado martes a un taller de reciclaje medioambiental en la biblioteca Villaespesa. La idea fue de la directora del centro, Carmen Méndez Martínez, quien hizo las veces de maestra de ceremonia, de niñera y también de instructora experimentada. "Sí, lo sé. Es una locura y todo un riesgo. Pero merece la pena. Los niños son el futuro y a ellos hay que entusiasmarlos y hacerles cercana la biblioteca", explicó al terminar la actividad.

La excusa era el Día Mundial del Medio Ambiente, como anteriormente había sido el Día de la Mujer o la semana del Día del Libro. Carmen Méndez sólo necesita ponerle apellido a los días para plantear una actividad.

La directora de la Biblioteca Villaespesa explicó a los chavales los procesos de depuración del agua fabricando, delante de ellos, una depuradora manual con una botella de agua mineral, algodón, carbón y arena.

María Luisa Miras, de nueve años, y Rocío Rueda, de 10, no confiaron mucho en el invento hasta que comprobaron con sus propios ojos que el agua mezclada con aceite salía limpia una vez filtrada. "Al principio no me lo creía, pero luego la seño lo ha enseñado y es verdad", señaló María Luisa.

La siguiente actividad requirió de más paciencia entre los pequeños, que hubieron de elegir entre confeccionar una playa con un trozo de cartón, papel higiénico y plástico o decorar una piedra que podrían usar más tarde como pisapapeles. "La idea es potenciar las actividades para los alumnos de Infantil. A veces nos falta tiempo, pero me gustaría que los niños, cada 15 días, tuvieran claro que existen talleres en la biblioteca", justifica Méndez Martínez.

Esta actividad se celebró en paralelo con una exposición informativa sobre las catástrofes medioambientales en las costas. Además, en la misma sala infantil, existe una selección de libros para niños sobre medio ambiente que permanecerá durante mes y medio en el centro. Otra de las actuaciones consistió en la presentación de la guía informativa Conoce tus playas: Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, que pueden solicitar todos los usuarios de la biblioteca pública Francisco Villaespesa.

Sólo en lo que va de curso, alrededor de 1.500 escolares han visitado ya la biblioteca. Otra de las iniciativas para atraer a la lectura a los pequeños fue el Pasaporte de lectura, una libreta en la que deben apuntar el libro que terminan de leer. Quien complete el pasaporte o quien más libros lea de todos los usuarios obtiene un regalo del centro. "Como sabemos de la picaresca de los niños, el pasaporte incluye unas preguntas sobre el libro que han leído, si les ha gustado y por qué", apuntó la directora.

Méndez es consciente de que, a partir de los 14 años, la mayoría de los chavales abandonan el hábito de leer libros. Por ello, su misión en el centro será, además de motivar a los pequeños al gusto por las letras, alentar a los adolescentes para que no dejen de lado la literatura. "Si conseguimos engancharlos por el cómic y la novela épica y fantástica pude ser que un chaval no deje de leer. Pero pienso que siempre se puede recuperar a un niño", remachó la directora.