Inmobiliaria
La inversión directa en inmuebles ha suscitado en los últimos años el interés del inversor particular por los atractivos que ofrece, en concreto, seguridad, rentabilidad razonable en un entorno de tipos de interés bajos y, lo más importante, un comportamiento que ha revelado una suerte de protección ante la inestabilidad en los mercados financieros.
En este sentido venimos apreciando un creciente interés por los productos o vehículos de inversión colectiva inmobiliaria que además de los atractivos citados, presentan otras ventajas: delegación de la gestión en manos de profesionales, liquidez propia de estos instrumentos de inversión y un beneficioso régimen fiscal.
Aunque el vehículo de inversión colectiva más conocido sean los fondos, la legislación contempla también la posibilidad de constituir Sociedades de Inversión Inmobiliaria (SII). Las principales razones fiscales para elegir invertir a través de una SII son que las rentas generadas en el alquiler y venta de los inmuebles tributarán al 1% pudiendo remansarse los beneficios hasta la desinversión, que tributará al 15% en sede del socio (tanto persona física como jurídica) siempre que se den ciertos requisitos de fácil cumplimiento; la exención aplicable en su constitución o en las ampliaciones de capital que lleve a cabo la sociedad; la bonificación en las aportaciones, y mediante una buena planificación fiscal, un ventajoso tratamiento en el Impuesto sobre el Patrimonio.
Las SII son una alternativa interesante para quienes requieren un mayor grado de sofisticación en sus inversiones inmobiliarias
No obstante, también hay que señalar que estas sociedades están sometidas a una serie de restricciones (destino y diversificación de inversiones, objeto, importes de inversión, operativa, etcétera) que han dificultado su desarrollo en España. Prueba evidente es que hoy sólo existen dos sociedades.
Sin embargo, aun con las restricciones señaladas, creemos que es una fórmula interesante para ciertos inversores, en especial aquellos con mayor grado de sofisticación, necesidad de diversificación y que reconozcan las ventajas de la gestión profesional.
Alberto Ruiz Rodríguez y Alfonso Franco son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas. Grupo Analistas.
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