El PP confía en que la "total entrega" de la militancia se contagie hoy a los votantes
La resolución de la ONU sobre Irak permitió a Rajoy y Mayor replicar al discurso de la guerra
"Nuestra militancia está totalmente entregada, lo hemos visto en cada mitin. Pero sobre lo que vaya a hacer el domingo la votancia, ni idea". La frase es de un miembro de la dirección del Grupo Parlamentario Popular, bien situado en Génova y en FAES, la fundación que dirige José María Aznar. Pero las encuestas internas del PP prevén un mal resultado, es decir, mayor desventaja respecto al PSOE que los cinco puntos del pasado 14 de marzo. Estrechar esa brecha es el sueño de la dirección del PP, un sueño que le permitiría alejar el temor a una crisis interna.
El PP comenzó la campaña con la convicción de que el PSOE haría de la guerra de Irak su principal argumento para captar votos y que en ese terreno tenían, indefectiblemente, todas las de perder. Las encuestas mostraban un amplio respaldo ciudadano a la retirada de las tropas españolas de Irak y la primera decisión del equipo de campaña del PP fue intentar hablar de otras cosas: de sus ocho años de Gobierno, de los cambios de opinión de los ministros del nuevo Ejecutivo, del peso logrado por España en Europa... E intentar limitar los daños.
Los primeros días de campaña, las noticias sobre Irak ofrecían dos imágenes de impacto, las torturas infligidas a presos iraquíes por soldados estadounidenses, y la alegría de las tropas españolas al reencontrarse con sus familias de vuelta a casa. Así lo contó Mariano Rajoy, líder del PP, tras una rueda de prensa a mediados de mayo, para dar a entender que él poco podía hacer para competir con aquello.
Noticias menos dañinas
Pero las noticias sobre Irak han sido menos dañinas para el PP en esta última semana. Muestran la vuelta al consenso internacional -el reencuentro de EE UU con Francia y Alemania- en la resolución de la ONU aprobada por unanimidad el 8 de junio.
La resolución 1.546, en su punto 15, pide "fuerzas militares" a los "Estados miembros" del Consejo de Seguridad y a las "organizaciones internacionales". España la ha votado después de retirar sus tropas, y Rajoy ha criticado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por esta contradicción y por no haber esperado, "como prometió", al 30 de junio por si se acordaba una resolución sobre Irak. "Ha mentido", asegura Rajoy.
Además del acuerdo en la ONU, la semana ha estado plagada de fotos de George Bush con Jacques Chirac y Gerhard Schröder en el 60 aniversario del desembarco de Normandía, donde no hubo representación del Gobierno español. A ello se han sumado los funerales de Ronald Reagan, un presidente estadounidense conservador al que se mira con admiración desde el PP.
Estas tres noticias muestran, según los populares, "el aislacionismo al que ha relegado a España el Gobierno de Zapatero". El fervor con que la militancia recibía estas críticas a los socialistas han permitido a Rajoy y a Mayor replicar al discurso de la guerra sin cambiar de tema. Además, sus encuestas internas, aun dándoles como perdedores, han ido acortando distancias desde el abismo de 20 puntos que llegaron a arrojar la semana en la que Zapatero tomó posesión.
El resultado que arrojen hoy las urnas puede dar lugar a múltiples quebrantos en el PP. Rajoy ha afirmado en público y en privado que, sea cual sea, él se presentará como candidato a líder de su partido en el Congreso que éste celebrará en septiembre. Competirá por la presidencia del PP con Ángel Acebes como secretario general. El resto está por decidir.
"Mentiras y manipulación"
Una derrota por más de 10 puntos, es decir, superior a lo previsto por el CIS (un 46,3% para el PSOE y un 36,7% para el PP) sería dramática para los populares. Les resultaría imposible argumentar que el resultado obedece a los atentados del 11-M, y a "la mentira y manipulación posterior", como han hecho Mayor y Rajoy en la campaña.
El terremoto dentro del PP no será tan devastador con una derrota que amplíe la brecha de cinco puntos del 14-M (el PSOE tuvo el 42,6% de los votos y el PP el 37,7%) pero sin llegar a los 10 previstos por el CIS. El equipo de campaña del PP argumenta que una derrota que repita los resultados del 14-M es "aceptable, pues el Gobierno está en su luna de miel con los votantes". Aún más, interpretarán como "el primer paso" de su próxima victoria cualquier resultado que reduzca la distancia que tuvieron en las generales de marzo.
Oficialmente, Rajoy y Mayor afirman que sólo contemplan ganar hoy. Si eso ocurre, el PP verá revalidada su teoría de que el 14-M se votó bajo el impacto de la "conmoción" causada por los atentados de marzo.
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