Loncar, un tirador en trance
El jugador de Estudiantes se ha convertido en la estrella de la final frente al Barcelona, que hoy se decide con el quinto partido
A falta del apasionante partido que hoy decide el campeón (La 2, 18.00), no es fácil colocar apellidos a esta final. El Barça empezó como siempre, con Navarro y Bodiroga llevando los galones y el reconocimiento en sus dos victorias, pero sus actuaciones en Madrid han sido tan desastrosas que han hecho olvidar lo bueno que lograron. En Estudiantes la clave del éxito es su excelente trabajo colectivo. Su defensa está en la mente de todos y toda defensa necesita un esfuerzo grupal, pero un jugador está llamando la atención, no sólo por esta final. La cosa viene de antes. Llegada la fase final Nikola Loncar ha entrado en trance y le dura ya unas semanas.
El primero en sufrir su estado fue uno de sus muchos ex equipos, el Real Madrid, lo que resulta lógico en una campaña donde casi todos sus verdugos, tanto en versión futbolística como baloncestística han sido antiguos integrantes de sus plantillas. Luego le tocó al Tau y por último es la mejor defensa de la Liga, la azulgrana, la que asiste impotente al martilleo de Loncar desde detrás de la línea de tres puntos.
El recorrido del excepcional tirador yugoslavo en esta final no deja de ser significativo. Empezó con una exhibición en el primer cuarto del primer partido, donde mostró una decisión e inspiración maravillosa que le llevó hasta los 16 puntos. De repente, la luz se apagó. Estudiantes perdió como perdió, hubo declaraciones echando la culpa a los árbitros y Loncar fue el que más se lo creyó. En el segundo encuentro su pelea con el trío arbitral fue constante. Resultado: 7 puntos en 28 minutos. Los inicios del tercero fueron similares, hasta que otra de esas jugadas protestadas hizo el milagro. Todo el enfado, toda la frustración que llevaba dentro la transformó, como antes lo hicieron muchos de sus compatriotas, en una energía, en una decisión y en una intensidad ofensiva extrema.
A partir de esa jugada, Loncar ha pedido la pelota, buscado los bloqueos y lanzado triples con una puntería excelente. A día de hoy nos encontramos con un jugador implicado al máximo, pasional e intenso pero que cuando arma su brazo dota a su determinación de la frialdad necesaria para ser efectivo. Por ahora es el hombre de la final a expensas del último examen, al que le someterán hoy en el Palau Ilievski, De la Fuente y otros excelentes defensores. Del resultado de este duelo dependerá en buena medida el resultado final.
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