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Reportaje:

Y el gato subió a la palmera

Los jugadores y técnicos del Levante celebran entre miles de seguidores el regreso del equipo a Primera División

Juan Morenilla

"¡Cuando el gato suba a la palmera, el Levante estará en Primera!", decían los aficionados del Valencia, junto a un felino muerto, como burla a los del Levante, que desde 1965 no juegan en la máxima categoría del fútbol español. Pero el conjunto granota ha regresado a la élite y ayer miles de seguidores del club azulgrana lo festejaron por todo lo alto. Desde el estadio Ciutat de València hasta la Basílica de los Desamparados, la Generalitat y el Ayuntamiento, jugadores y técnicos del Levante se dieron un baño de multitudes subidos en un autobús descapotable que lucía el lema Som de Primera. Junto a ellos viajaban las futbolistas del Levante femenino, que el domingo ganaron la Copa de la Reina.

En la Plaza de la Virgen, un aficionado alzaba orgulloso una gran palmera de cartón con un gato dibujado. La traca dio la bienvenida a los jugadores en medio de multitud de cánticos. "¡Es un xoto el que no bote, eh, eh!" no paró de escucharse, en alusión a los seguidores del Valencia. Y hasta el autobús, con los futbolistas arriba, daba pequeños saltitos. "¡Adióooos, a Segunda adiós!", gritaban a continuación, "¡hemos vuelto a Primera, como en el 63!". Entre el gentío ondeaban muchas banderas nuevas, y también podía verse alguna camiseta antigua, símbolo de la mezcla generacional de la afición del Levante. "Yo sólo quiero quedar por encima del Valencia", confesaba emocionado un veterano aficionado.

Todos, incluso los jugadores, corearon sin parar que el técnico, Manolo Preciado, continúe en el cargo -"¡Preciado, quédate!"-. Lo cantaron durante toda la tarde, y una vez más en el balcón del Ayuntamiento, cuando el máximo accionista del Levante, Pedro Villarroel, cogió el micrófono. "Esto es para todos los que hemos sufrido durante tantos años", dijo el mandatario. "Vosotros sois de Primera", gritó Félix, con el pelo tintado de azul y rojo. Congo lucía una bandera de Colombia y Jofre hacía fotos con su cámara digital. "¡Os quiero mucho!", dijo Congo.

La afición no perdió la oportunidad de expresar sus quejas contra las instituciones, al considerar que reciben poco apoyo de ellas. "¿Dónde está, Rita Barberà?", gritaban desde la plaza del Ayuntamiento, frente al balcón. Sus protestas contra la alcaldesa y contra Canal 9 eran silenciadas por la música y por el speaker. Era el sentir de una afición que celebraba un ascenso histórico, y que, 39 años después, el gato estaba en la palmera.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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