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FÚTBOL | España, ante la Eurocopa 2004

¿Doble personalidad o simple variedad?

El nudo del asunto para Iñaki Sáez es que su equipo no se convierta en dos bloques antagónicos

Ramon Besa

El manual de Iñaki Sáez ha sido siempre un libro abierto que últimamente se acostumbra a leer en dos partes: primero, los titulares;después, los suplentes, como si fueran dos equipos opuestos y no formaran parte de un mismo plan por mucho que el seleccionador se empeñe en decir que unos maduran el partido con oficio y solidez para que los otros lo cierren con ventaja de manera artística y profunda. El último encuentro amistoso (4-0 ante Andorra) repercutió en el debate hasta el extremo de que desde la propia selección se invita a buscar puntos de encuentro más que antagonismos porque no necesariamente deberían ser dos bloques excluyentes o que se repelen.

A juzgar por el proceder de Sáez, se impondrán las rotaciones y también los cambios con el fin de utilizar el máximo número de futbolistas por partido. Difícilmente se combinará en la defensa, salvo por necesidad. En cambio, los medios y los delanteros ofrecen posibilidades múltiples. La lesión de Salgado parece asegurar el puesto a Puyol, Marchena, Helguera y Bravo, quien, a efectos de nómina, ha cubierto la baja de su compañero del Madrid mientras el primero recupera su puesto natural de lateral derecho, aunque en el Barça ejerce de central. Pese a que se puede discutir y mucho sobre los zagueros elegidos, no parece ser una línea en la que haya mucha competencia.

Los penaltis son un síntoma más de expectación, por no decir duda
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Justamente lo contrario ocurre en el ataque. La pareja Raúl-Morientes no tiene nada que ver con el dúo Valerón-Torres y los cuatro son jugadores de mucho rango. Los dos primeros permutan sus puestos, intercambian sus posiciones y no es extraño que Morientes lance un centro y Raúl lo remate. Nada que ver con la combinación entre Valerón y Torres: el enganche intenta siempre poner al ariete frente a Torres, que en Getafe remató cuatro veces con ventaja porque corre que se las pela y estira al equipo como ninguno. A la hora del recuento, sin embargo, marcaron Morientes y Valerón, que se asoció con Alonso y Xavi y, además, abrió para las dos bandas.

La luminosidad de los futbolistas alineados en la segunda parte, que se mezclaron bien, elaboraron mejor y jugaron a un toque, contrastó con la laboriosidad de los de la primera, muy ortodoxos, especialmente esmerados, siempre bien puestos. Así lo prevé el seleccionador y así sucedió. Llegado el torneo, no obstante, las sustituciones en bloque no serán posibles y el seleccionador deberá elegir con sumo cuidado. Sáez parece dispuesto a muchas combinaciones a partir de la titularidad de Albelda, el único que no tiene un relevo natural entre los convocados. La discusión estará consecuentemente entre Baraja o Alonso, por no meter en medio a Xavi, que el sábado confirmó que está más lúcido que nunca en el tramo final de la temporada.

Ausente por precaución Vicente, indiscutible como volante izquierdo, hay igualmente pelea en la banda derecha entre Etxeberría y Joaquín, en un nuevo duelo similar al que mantienen Baraja y Alonso. Aunque todos valen, uno es fiable para su propio equipo y el otro un problema para el contrario. La disposición del rival influirá a buen seguro en la elección. El equipo tiene un serio problema cuando el adversario le aguarda y le invita a generar espacios, un dispositivo que invita a poner a los jugadores más creativos para aumentar las líneas de pase.

Sáez, por tanto, deberá calcular el riesgo que supone enfrentarse a Rusia, Grecia y Portugal para decidir el once titular. ¿Quién tomará el mando de las operaciones? El nudo del asunto para el seleccionador es que el conjunto no tenga una doble personalidad, sino variedad y cambio de ritmo. El trazo de la selección debe ser suficientemente grueso para, al menos, no hacer concesiones tanto en la defensa como en la gestación de las jugadas de estrategia. El sábado no pareció defenderse bien en los córneres y las faltas y sobraban especialistas en los lanzamientos en la segunda parte de la misma manera que no los había en la primera.

Los penaltis, por ejemplo, se presentan hoy como un problema después del que lanzó Baraja. Al parecer, llegado el momento, lo tirará el futbolista que tenga más confianza y Vicente parte con ventaja. El penalti, consecuentemente, no deja de ser un síntoma más de expectación, por no decir de duda, aunque no sea el caso según el sentir de Sáez.

Raúl, abrazado a la estatua del apóstol Santiago en la catedral de Compostela.
Raúl, abrazado a la estatua del apóstol Santiago en la catedral de Compostela.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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