Málaga inicia la revisión del PGOU cuando apenas ha desarrollado la tercera parte del actual
El crecimiento de la ciudad se ha agrupado en Teatinos y el paseo marítimo de Poniente
Como todos los municipios andaluces, Málaga está obligada a revisar su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para adaptarlo a la ley urbanística autonómica que entró en vigor hace año y medio. El consistorio que preside Francisco de la Torre inicia el procedimiento cuando en seis años de vigencia apenas se ha desarrollado el 34% de los suelos residenciales programados en el actual plan. Pero el crecimiento ha sido descompensado -el 40% se concentra en Teatinos y el paseo marítimo de Poniente- y ha evidenciado que buena parte de la ordenación era inadecuada.
Los datos están recogidos en el estudio de revisión realizado por el equipo del arquitecto Damián Quero, que ya trabajó en la redacción de los dos anteriores planes generales de Málaga, y que ha sido de nuevo contratado por el Consistorio. Su evaluación sirve como documento de base para iniciar el debate sobre el nuevo PGOU.
Según esta evaluación, el plan aprobado en 1997 contemplaba suelos destinados a edificación residencial con una superficie de 17.713.775 metros cuadrados, de los que se han desarrollado 6.069.580, un 34,2% del total, considerando los planes de ejecución que ya cuentan con aprobación definitiva. Estos planes permitieron que entre 1998 y 2002 se dieran licencia en la capital malagueña para 12.293 nuevas viviendas, si bien el total de casas construidas superó en dicho cuatrienio las 22.000, ya que hay que considerar también las viviendas con licencia en suelo urbano directo. Al actual ritmo de consumo de suelo, la superficie programada en el plan vigente se agotaría en 7,7 años, y la previsión de construcción de viviendas, casi 60.000, no se agotaría hasta dentro de 12.
El estudio pone de manifiesto que el crecimiento de la ciudad no ha sido nada homogéneo en este periodo, y que se concentra básicamente en el eje Norte-Sur que dibuja el trazado de la ronda Oeste de circunvalación de la ciudad, de forma que la zona de Teatinos y el paseo marítimo de Poniente han concentrado el 41% de este desarrollo.
El grado de ejecución es aún menor en el caso del suelo destinado a actividades económicas. De los 5,2 millones de metros cuadrados que preveía el plan vigente, apenas se han desarrollado el 19,6%.
El informe de Damián Quero pone de manifiesto que hay un número importante de unidades de ejecución que no se han desarrollado en estos seis años "por una presumible inadecuación entre los objetivos propuestos para ellos y los términos efectivos de su ordenación o gestión". En algunas de ellas porque sencillamente los promotores no han advertido que obtendrían una rentabilidad suficiente para actuar.
En esta falta de desarrollo, además de en la conveniencia de reconsiderar otras determinaciones sobre usos del suelo del plan, Quero fundamenta la necesidad de la revisión del PGOU. "Determinadas previsiones de cambio de uso industrial a residencial se hacen ya perentorias por razones medioambientales o de mera escena urbana, o por seguridad ciudadana derivada de la degradación ambiental producida por actividades inadecuadas al lugar donde se desarrollan", sostiene el arquitecto en su informe. El arquitecto propone algunos cambios de uso para 15 unidades de ejecución que no alterarían el número de viviendas previstas en el plan de 1997.
Para el nuevo PGOU, Quero formula propuestas que a buen seguro generarán un intenso debate en la ciudad. Algunas de hecho ya lo han sido, como si se debe mantener la ronda Este de circunvalación como la frontera que sigue delimitando el área de desarrollo urbano de la ciudad. Quero apuesta decididamente por saltarla, y que sean las "condiciones naturales" las que establezcan el límite con la superficie que no debe ser urbanizable.
En el esbozo de la futura configuración urbana de Málaga, Quero perfila un eje de expansión principal al oeste de la ciudad, a lo largo de un eje Norte-Sur que abriera nuevas vías de comunicación y desarrollo urbanístico entre el campus de Teatinos y la zona de El Tarajal con el mar. Además, proyecta ampliar los usos residenciales en la vega de Campanillas y hacia el Valle del Guadalhorce.
Para ello, propone que permitan usos residenciales en dos de los cinco sectores que formaban parte de lo que se llamó triángulo productivo, y que es una zona ahora reservada para uso indistrial y de equipamientos donde el plan vigente ideó implantar actividades económicas acordes con la demanda de este tipo de suelo que produjo el Parque Tecnológico. Pero, según Quero, ésta "no ha tenido la dimensión esperada", por lo que proyecta una ciudad que mezcle usos residenciales, empresariales y terciarios.
Al otro extremo, al final del paseo marítimo, el eje se cerraría con una zona residencial y de servicios que incluiría cinco torres "emblemáticas" en torno a una gran plaza que denomina Acera de la Marina II.
Saltar la ronda
El nuevo PGOU de Málaga romperá el freno que hasta ahora marcaba la ronda este de circunvalación a la expansión urbana de la ciudad monte arriba, aspecto que ha sido objeto de debate ciudadano prácticamente desde la aprobación del vigente plan.
Según entiende el arquitecto Damián Quero, el modelo de ciudad delimitado por autovías ya está superado, como también la idea de que cualquier territorio serrano o montañoso debe ser preservado como no urbanizable y entendido como territorio natural, pleno de valores ecológicos e inaccesible.
Quero propone dar el salto a la ronda y que sean las condiciones naturales las que impongan la frontera entre lo urbano y lo urbanizable -por ejemplo, el Parque Natural de los Montes de Málaga-. Este modelo tendría ciertas limitaciones, de forma que sería un borde discontinuo con intercambios de usos.
Esta expansión contemplaría "equipamientos singulares" con grandes parcelas ajardinadas y forestadas, y uso residencial de carácter exclusivo con preferentemente viviendas unifamiliares.
En la zona colindante con el paraje natural de Los Montes de Málaga, la propuesta de Quero contempla la urbanización de 1,2 millones de metros cuadrados en los que se alzarían 656 viviendas de 150 metros cuadrados y otras 492 de 200 metros cuadrados en tres urbanizaciones: Almendrales, Huerta de Segura y Los Morenos.
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