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Reportaje:EXCURSIONES | Cuesta Maneli

Pinos de vanguardia

El sendero de la Cuesta Maneli, situado entre Mazagón y Matalascañas, desemboca en el Océano Atlántico

Manuel Planelles

Algunas personas buscan cada verano un metro cuadrado en primera línea de playa. A los pinos del acantilado del Asperillo (entre Matalascañas y Mazagón) seguro que no les hace mucha gracia dominar el Atlántico. Seguro que si, hace 60 años, los hombres que repoblaron el Coto de Doñana les hubieran preguntado dónde querían estar, hubiesen elegido otro lugar. Un sitio más resguardado del viento, que ha terminado por hacerles besar la lona.

Ese mismo aire levanta cada día pequeñas gotas saladas del mar que queman las hojas de los pinos. Está claro. Los árboles piñoneros son los agraviados de una historia que empieza en la carretera A-494, a diez kilómetros de Mazagón (Huelva). Pero en el sendero de la Cuesta Maneli, de 2,3 kilómetros de longitud y una dificultad baja, no sólo hay perjudicados.

Gracias al viento, se puede disfrutar de una vista espectacular sobre el Atlántico y sobre las interminables playas, todavía casi vírgenes, del litoral onubense.

Este mirador natural, formado con arena por ese mismo aire que dobla pinos, es un lugar perfecto para ver por primera vez el mar. En realidad, la ruta completa de la Cuesta Maneli es un recorrido idóneo para descubrir por primera vez el océano. Cuando se aparca el coche y se ve el cartel que indica el inicio de la ruta, la montaña de dunas no permite intuir qué hay detrás. Se avanza, se respira el romero, se ve alguna que otra lagartija colirroja y, de repente, el azul del cielo se une al azul del mar.

Es el ecuador de la ruta. Un mirador natural de 112 metros sobre el nivel del mar: el punto más alto del sistema de dunas que se extiende en la costa de Matalascañas.

El océano delante y una decisión que tomar: Bajar a la playa o continuar con el sendero circular que lleva al punto de inicio.

Tim Faulkner ha preferido continuar con la ruta. Faulkner es inglés y ha llegado a la costa onubense con su esposa para pasar unos días de vacaciones. Ya tiene la piel algo tostada y hoy toca "pasear".

No hace falta tener mucha intuición para descubrir que Fernando ha optado por bajar a la playa. Todavía lleva abierta la enorme sombrilla con la que se han protegido del sol él, su mujer y sus dos hijas. "Estamos pasando una semana de vacaciones en Matalascañas", comenta. "Nos habían hablado de esta playa (...) Hoy es la primera vez que venimos, pero mañana repetimos".

Esta familia sevillana tuvo que tomar otra decisión cuando pisó la arena: colocar la sombrilla en el lado izquierdo o derecho de la playa. O, lo que es lo mismo, optar por una zona nudista o textil. Aunque no está indicado en ningún cartel, se supone que la parte izquierda está reservada para las personas que prefieren tomar el sol desnudas.

Faulkner y su esposa han emprendido ya la vuelta hacia el aparcamiento. Lo han hecho entre los piñoneros y algún que otro brezno y enebro. Los árboles, matorrales y plantas de la duna son un ejemplo extraordinario de supervivencia: han adaptado su fisonomía a lo árido de suelo y al fuerte viento que entra del Atlántico y transforma el paisaje casi cada día.

Yeguas almonteñas

- Cómo llegar. El sendero de la Cuesta Maneli se encuentra al borde de la carretera A-494, que une Matalascañas y Mazagón, a unos diez kilómetros de este municipio onubense. Un cartel indica el inicio de la ruta, pero, además, durante todo el recorrido se han instalado paneles que informan sobre la flora y fauna de la zona.

- Qué ver. Sin duda, uno de los mayores atractivos de la zona, además de las interminables playas, es el Coto de Doñana. Las aproximadamente 55.000 hectáreas que lo componen fueron declaradas Parque Nacional en el año 1989. Es uno de los mejores ejemplos de reserva natural de Europa y, en él, se pueden encontrar, desde los sistemas de dunas fijados por la vegetación, a las marismas, además de una gran variedad de fauna. También, a pocos kilómetros de la ruta de Cuesta Maneli, se encuentra El Rocío. De las marismas de esta aldea, todos los 25 de junio parte "la saca de yeguas". Esta antigua tradición consiste en reunir a los aproximadamente 1.500 potros y yeguas que pastan en libertad durante el año y conducirlos hasta Almonte. Los yegüerizos llegan con los caballos al municipio almonteño al día siguiente, después de atravesar el Coto de Doñana. Allí se celebra una feria ganadera en la que se compran y se venden los mejores ejemplares. El 3 de julio, los caballos vuelven a las marismas.

- Y además. En el municipio de Villanueva de la Condesa se encuentra el Centro de Visitantes de la Dehesa Boyal (Camino del Bujeo, s/n).

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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