Capdevila releva a Míchel Salgado

Míchel Salgado empaquetó sus cosas y abandonó la concentración de la selección española ayer a las seis de la tarde, profundamente contrariado. Media hora antes el seleccionador, Iñaki Sáez, tocaba a la puerta de su habitación para comunicarle la decisión: no irá a la Eurocopa y su sustituto en la lista definitiva, la enviada ayer a la UEFA, es Joan Capdevila, el lateral zurdo del Depor. Salgado padece una rotura fibrilar del bíceps femoral de grado uno y estará de 10 a 15 días de baja. Hubiese llegado justo para el tercer partido de España, ante Portugal, el día 20. Pero los técnicos, tras reunirse con los médicos de la Federación, decidieron que Míchel no viajase con el grupo. En principio, la solución ideada consistió en que el jugador permaneciera en la concentración, en el hotel de Las Rozas, al cuidado de los fisioterapeutas federativos. Sin embargo, Salgado, al poco, cambió de opinión: le recogió su mujer y se marchó a su casa.

Por la mañana, el jugador se sometió a una resonancia magnética en la clínica Ruber Internacional que desveló el alcance de su dolencia. Una lesión que sufrió en el entrenamiento vespertino del martes. Durante el examen le acompañaron el doctor Borrás, de la selección, y el médico del Madrid Juan Carlos Hernández. Los médicos oyeron al jugador asegurarles que se podía recuperar: "¡Yo me recupero!". Según Borrás, Salgado estaba "con un deseo tremendo de continuar". El médico, entonces, se mostró optimista: "Juega a favor del futbolista que prácticamente nunca ha tenido lesiones musculares", y añadió: "Para la final quedan cuarenta días y entonces seguro que está recuperado".

Para la final de Lisboa, el 4 de julio, falta mucho. Quizá demasiado, según se desprende de la decisión del seleccionador. Sáez entendió que no se podía permitir el lujo de llevar a Salgado para que lo único que aportara durante la primera fase fuera apoyo moral a la tropa.

El doctor Borrás, que aseguró que su visión era fría, "científica", dijo que para la completa recuperación de Salgado era necesario que permaneciera fuera de los campos de entrenamiento durante un plazo de "entre 10 y 15 días". A partir de ahí comenzaría a tocar el balón y le llevaría otros tres o cuatro días ensamblarse con el resto del grupo. Si España pasaba la primera fase podría contar con Salgado. Ante la disyuntiva, Sáez optó por renunciar a una apuesta que consideró demasiado arriesgada y llamó a Capdevila, que se encontraba en su pueblo de Cataluña, de vacaciones y sin ninguna perspectiva de acudir a la Eurocopa. ¿Por qué iba Sáez a convocarle a él, un lateral zurdo, para reemplazar a uno derecho? El que sí esperó la llamada durante toda la noche del martes y la mañana de ayer fue Manuel Pablo, el marcador diestro del Depor. Pero España no le necesitaba. En el lateral derecho Sáez disponía de Gabri y Puyol. En el izquierdo, excluyendo al polivalente Puyol, sólo Bravo.

Por otra parte, la UEFA hizo ayer un control antidopaje por sorpresa a cuatro jugadores elegidos por sorteo: Vicente, Aranzubia, Baraja y Juanito.