"Creo en la información, no en la publicidad"

Pregunta. ¿Hay que recauchutarse?

Respuesta. Hay que ponerse las pilas porque la competencia que viene detrás está muy alta. A la gente le estimula mucho hacerse cosas cuando ve que el del lado se lo hace y mejora.

P. ¿No hay que resignarse a ser como se es?

R. Nunca jamás. Otra cosa es que uno le dedique un poquito de cuidado a la estética. A mantenerse, porque lo más importante no es quitar sino prevenir: evitar que se arrugue la piel, la flacidez... La estética es una forma de evitar que cuando uno tenga sesenta años aparente setenta.

P. ¿No es contrario a la naturaleza?

R. Para nada. Si hablamos de medicina estética nos referimos a tratamientos para mejorar el aspecto estético. Los productos que utilizamos no son contrarios a la naturaleza, al contrario: hidratan y nutren la piel.

P. ¿La arruga no es bella?

R. No lo es, por eso a la mayoría de gente no le gusta. Más que tenerlas, el problema es vérselas, porque hay gente que no se las ve y es feliz.

P. ¿La medicina estética está al alcance de cualquiera o es muy elitista?

R. La competencia es muy buena y hay mucha. Hay muchas clínicas, cirujanos y médicos estéticos. Eso ha hecho que los precios hayan bajado y estén al alcance de más gente. Lo que la gente paga tiene que ser acorde a los resultados obtenidos.

P. ¿La medicina estética tiene pacientes o clientes?

R. Son pacientes en el sentido que sufren por algo y tratas de solucionarle el problema que está también dentro de la cabeza. Hay gente que tiene las orejas despegadas y no se las ve, con lo cual no tiene el problema, pero otra sí lo tiene. Nosotros tratamos lo externo y también lo interno.

P. ¿Cuál es el tratamiento o la operación más requerida?

R. En estética, la prevención del envejecimiento, y en cirugía, los aumentos de pecho, las lipoesculturas.

P. ¿Más mujeres que hombres?

R. Las mujeres van a la cabeza, aunque el hombre ya constituye el 20% de los pacientes.

P. ¿Qué pide el hombre?

R. Tratamientos faciales, liposucción para michelines, láseres vasculares, manchas, borrado de tatuajes, fotodepilación, microvarices...

P. ¿Disuade a gente que quiere hacerse cosas que no necesita?

R. Todos los días. Mucha gente quiere liposucciones para adelgazar, cuando debe ser tratado por un médico de adelgazamiento, o se ofusca en tener arrugas que no tiene. Nuestro trabajo es asesorar a la gente. Creo en la información, no en la publicidad. Nuestra clínica no hace publicidad, la gente confía en nosotros gracias al boca a boca. La honestidad y la humanidad son muy importantes en esta profesión.

P. ¿A qué edad se pone nerviosa la gente?

R. Entre los 30 y 35 años empiezan los cambios y vienen los traumas. Ahí es donde hay que frenar mucho, porque hay quien enseguida quiere lo que ve en la tele. Hay mucha publicidad engañosa y la información es incompleta.

P. ¿Por qué escogió esta especialidad y no otra?

R. Siempre me gustó. Desde los primeros años de carrera me interesó el tema de los láseres. Tuve un pequeño accidente y me estuvieron tratando en Madrid con láser y eso me marcó para enfocar mi especialidad hacia tecnologías punta en sistemas de láser.

P. ¿Se sometería a las operaciones que practica?

R. Yo me hago muchas cosas. Cirugías, no, pero sí tratamientos faciales. Yo no aplico ninguna técnica ni método que no confíe en él y que tenga una experiencia mínima de dos años en el mercado.