"La memoria de María de Padilla ha pervivido porque la gente es romántica"

Los vínculos que unen a Victoria Montes al teatro son tan profundos como los que unieron al rey Pedro I, llamado El Cruel, a su favorita María de Padilla, quien fue reina después de muerta. La que fue amante del rey en esos turbulentos años del siglo XIV es la protagonista de la obra que ha escrito Victoria Montes (Madrid, 1950) y que forma parte del ciclo de personajes históricos que ofrece el Real Alcázar de Sevilla. María de Padilla, que dirige Ramón Bocanegra y ha montado la compañía sevillana La Tarasca. La obra se representa hasta el 4 de julio en los mismos espacios que habitaron los amantes.

Pregunta. Usted es famosa en Sevilla por los platos que salen de la cocina de su restaurante Zarabanda, ¿Cómo se pasa del fogón a escribir dramas?

Respuesta. Es un camino largo. Yo estudié Arte Dramático y trabajé en Madrid hasta finales de los ochenta. Hice Oración de la tierra, con Alfonso Jiménez Romero, lo que entonces llamábamos teatro ritual, o El inmortal, junto a Lola Gaos y Juan Diego. Lo dejé cuando me casé, tuve dos hijos, y los tiempos del escenario pasaron. Hace unos 15 años abrimos Zarabanda y durante este tiempo he estudiado Historia en la Universidad de Sevilla.

P. ¿Y su faceta de dramaturga?

R. La Tarasca me pidió una asesoría histórica para el personaje de María de Padilla y, al final, terminé escribiendo el texto. Antes sólo había hecho versiones, como una de La Celestina.

P. ¿Piensa seguir escribiendo teatro?

R. Tengo otros proyectos, textos que me han pedido pero, por supuesto, los alternaré con mi cocina.

P. ¿Qué plato se serviría en la mesa de Pedro I y su amante?

R. Por supuesto, la boronía (una especie de pisto) fue el primer plato que tomó Fernando III cuando entró en Sevilla, pescado y mucha carne de caza.

P. ¿Qué hay de real en su María de Padilla?

R. Los datos históricos son ciertos, pero el personaje es fabulado. Apenas he encontrado cinco líneas de cronistas de la época que hablen de ella. Pedro López de Ayala decía que era "pequeña de cuerpo, de buen seso y gran fermosura".

P. Hay una leyenda muy conocida sobre los baños de Doña María de Padilla que están en el Alcázar, ¿tiene algo de cierta?

R. La verdad es que no se sabe si corresponde a María o a Leonor de Guzmán, que fue amante del padre de Pedro I. La memoria de María de Padilla ha pervivido porque la gente es muy romántica. Fue una persona generosa y, sobre todo, vivió una apasionada historia de amor con Pedro I, quien decidió coronarla y reconocer los cuatro hijos que tuvieron después de muerta.