Los partidos valencianos abren la campaña europea con el debate sobre el agua y las infraestructuras de fondo

El PP arrancó ayer la campaña electoral al Parlamento Europeo con la intención de convertir estos comicios en un referéndum sobre el trasvase del Ebro que el Gobierno de Zapatero pretende derogar. Un eje de campaña que el PSPV no pretende rehuir, aunque centrará sus esfuerzos en explicar la necesidad de avanzar en las políticas sociales, medioambientales y de apoyo a los tejidos económicos valencianos. EU, por su parte, confía en recuperar el voto prestado al PSOE en las últimas generales. Las votaciones del próximo 13 de junio también servirán para confirmar si la Comunidad Valenciana sigue siendo un bastión del PP o, por contra, el PSPV ya está en condiciones de presentarse como alternativa de gobierno.

El Bloc, por segunda vez en pocos meses, quiere mostrar que tiene una base sólida

"Los valencianos tienen una doble cita electoral, porque está en juego el crecimiento de los próximos años de la Comunidad Valenciana", dijo ayer Francisco Camps en el arranque de la campaña electoral, que presentó al PP como el único capaz de defender el trasvase del Ebro y recordó que la primera decisión del Gobierno Zapatero en Bruselas fue parar la financiación europea prevista para la interconexión de cuencas. El consejero de Economía, Gerardo Camps, en una reunión con empresarios, fue más contundente: si no se hace el trasvase la economía valenciana dejará de crecer entre un 0,15 y un 0,25%. Sobre este eje argumental, el PP valenciano centrará una campaña electoral que estará acompañada por numerosas actuaciones del Consell en defensa del trasvase del Ebro y de crítica al PSOE.

Un eje argumental sobre el que se busca un objetivo político claro: seguir obteniendo más votos que el PSPV. Los populares no han perdido en ninguna convocatoria electoral desde 1993, pero esta vez los sondeos difundidos indican que los socialistas están en disposición de superar al PP. Una circunstancia que se propone evitar Francisco Camps, que afronta estos comicios como presidente regional del PP en sustitución de Eduardo Zaplana y con fuertes tensiones internas con el sector afín al ahora portavoz del PP en el Congreso de los Diputados.

En estas circunstancias, la campaña electoral del PP al Parlamento Europeo con el lema Contigo fuertes en Europa se ha singularizado en la Comunidad Valenciana con otro epígrafe Perquè ningú ens pare. Una singularización con la que los populares valencianos pretenden convertir estas elecciones en un refrendo al trasvase del Ebro y criticar la posición mantenida por los socialistas en Bruselas en cuestiones referidas a las ayudas a Terra Mítica o las subvenciones al sector agrario.

Para los populares, y especialmente para Francisco Camps, estas elecciones se celebran en el horizonte de los congresos del PP nacional y de la Comunidad Valenciana que tendrán lugar el próximo otoño. Un mal resultado pondría al nuevo líder de los populares valencianos en dificultades, aún en el caso de que Mariano Rajoy no tuviese ningún problema para revalidar su liderazgo.

Si en el PP el temor está en que se confirmen las expectativas a la baja, en el PSPV el miedo es justo el contrario; que no se materialicen las expectativas al alza. El secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, también afronta a finales de julio el congreso del PSOE -en el que Rodríguez Zapatero no tendrá, previsiblemente, problemas- y el suyo propio, previsto para un par de semanas después.

Pla y el PSPV, tras haber recortado sensiblemente el porcentaje que les separaba de los populares en las últimas elecciones generales, se ven en la obligación de intentar mostrarse como alternativa de gobierno en el País Valenciano. Para ello, con el lema de Nos gusta Europa, los socialistas buscarán aprovechar el clima de rechazo a la guerra de Irak para reclamar una vuelta al concepto de libertades y derechos desarrollado en el viejo continente, con Francia y Alemania como motores de un modelo diferente del atlantismo propugnado por el PP. Un argumentario que se valencianizará con una defensa de políticas sociales, medioambientales y de apoyo a los sectores productivos.

En Esquerra Unida, estos comicios al Parlamento Europeo tienen un objetivo nítido: recuperar el voto prestado a los socialistas en las generales del 14 de marzo. Sin embargo, en el caso de EU también servirán para comprobar si se consolida el liderazgo de la nueva coordinadora general, Glòria Marcos, elegida el pasado mes de diciembre con el apoyo de un Partido Comunista con claros síntomas de descomposición.

El Bloc Nacionalista Valencià dirigido por Enric Morera intentará, por segunda vez en pocos meses, demostrar que tiene una base electoral sólida aunque sea insuficiente para lograr representación directa en Bruselas.