"El cortometraje es un género en sí mismo"

Koldo Serra practicó con la cámara grabando vídeos de skate por las calles de Algorta. Con 18 años, ganó el premio del Cinema Jove con el cortometraje Sick of you. El pasado mes de abril recibió un inesperado regalo de cumpleaños: el Meliés de Oro al mejor corto fantástico europeo, por su trabajo El tren de la bruja.

Pregunta. El Meliés de Oro es el premio más importante que ha logrado, ¿qué significan los premios en el mundo del cortometraje?

Respuesta. Es complicado lo de los premios. Hay cortos que funcionan muy bien, dan un "pelotazo" y ese año se llevan 70 premios. Hay un efecto bola de nieve, que cuando empiezas a ganar premios, sigues ganándolos. Los premios son necesarios para que te hagan caso. De cara al largometraje es un aval.

P. Su objetivo es dirigir un largometraje.

R. Es lo que me gustaría, aunque no he hecho este corto para hacer un largo. Creo que los cortos son géneros en sí mismos. Es un género que te da una serie de libertades que nunca te las da un largometraje. Las primeras, creativas. El corto es donde puedes experimentar, jugar. Mi meta es hacer un largo.

P. Ya tiene uno preparado.

R. Sí, tenemos el guión escrito, Jon Sagalá y yo, y lo estamos moviendo.

P. Hace cinco años decidió irse a vivir a Madrid.

R. Me fui intentando hacer algo de esto del cine, intentando levantar una película. Tuve dos proyectos que no resultaron.

P. De uno de ellos salió El tren de la bruja.

R. Sí, el segundo proyecto era una película de cuatro realizadores, Borja Crespo, Nacho Vigalondo, Gorka Vazquez. Intentamos realizar una película de episodios de terror. Estaba todo preparado para rodar y se cayó dos semanas antes de empezar, con todo el equipo cerrado. Mi parte dentro de esa película, el cuarto episodio, era El tren de la bruja.

P. ¿Qué cuenta esa historia?

R. El corto reflexiona sobre por qué nos gusta pasar miedo e incluso pagamos por ello. Un hombre se ofrece a resitir el terror extremo en una habitación a oscuras a cambio de 12.000 euros.

P. Un único protagonista, un sólo escenario,... ¿no se cerca al teatro?

R. Podría representarse en teatro perfectamente, pero aquí hay mucho juego de dirección.

P. ¿Por qué esa obsesión con el terror?

R. Siempre he sido un miedica. Creo que el primer corto de miedo lo hice para luchar contra los míos, para darme cuenta de que detrás de todo no hay nada espantoso. Y para descubrir que es divertido tratar de dar miedo a los demás. Cosa nada fácil, por cierto.