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Evacuación del aeropuerto Charles de Gaulle

Peligro de nuevos derrumbamientos en el muelle de embarque del aeropuerto parisiense

La encuesta sobre el hundimiento parcial, el pasado domingo, del muelle de embarque de la terminal 2E del aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, en París, promete ser larga y compleja. El accidente causó la muerte de cuatro personas e hirió a otras tres. Ayer lunes, el personal técnico que trabajaba en la investigación de las razones de la catástrofe tuvo que retirarse debido a que el resto del muelle de embarque crujía y presentaba fisuras consideradas inquietantes. "Hemos ordenado el desalojo total y absoluto teniendo en cuenta la situación actual", dijo Pierre Graff, presidente de Aeropuertos de París (ADP). "Si hace falta arrasaremos toda la obra. No queremos correr ningún riesgo", añadió.

Construida entre 1999 y 2003, la terminal 2E requirió la intervención de 400 empresas. Hoy parece muy difícil delimitar las responsabilidades entre contratas, subcontratas, filiales y sociedades delegadas, un entramado que parece haber servido menos para buscar un mayor nivel de especialización que para encontrar el mayor margen de beneficios.

La sociedad GTM -filial de VINCI y que se ocupó del cemento armado- sostiene, por ejemplo, que se limitó a "poner el cemento sobre infraestructuras que no construimos nosotros. Levantamos la bóveda de acuerdo con los parámetros calculados por la dirección de la obra". Y la dirección de la obra correspondía a ADP y a su arquitecto estrella, Paul Andreu, que ayer, desde Pekín, precisó que "el proyecto de la terminal 2E era audaz" pero los materiales empleados "no tienen nada de revolucionario". Ayer, un responsable de VINCI admitió que "durante la construcción se detectaron fisuras en los pilares del muelle. Se detuvieron las obras, se estudió la solución técnica adecuada, se reforzaron los pilares y el conjunto recibió el visto bueno de la sociedad de control de calidad Veritas". Para Air France -que controla el 55% de los horarios de Roissy-, el cierre de la terminal 2E supone un freno importante en sus planes de expansión.

Jean-Pierre Raffarin (izquierda) escucha al presidente de los aeropuertos de París, Pierre Graff.
Jean-Pierre Raffarin (izquierda) escucha al presidente de los aeropuertos de París, Pierre Graff.REUTERS
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