"Aún nos falta para llegar a la perfección del Milan de Sacchi"
Hay que ponerse en cola para charlar con uno de los entrenadores de moda en Europa. Es la una de la tarde de un sábado de resaca en Paterna, la ciudad deportiva del Valencia, y al menos cinco medios de comunicación esperan a que el valencianista, Rafa Benítez, les atienda por separado. Así que no queda más remedio que racionar el tiempo. Este periodico se compromete a que su entrevista sólo dure 15 minutos y lo cumple, aunque un camarógrafo inglés bromee con que han sido 16 minutos y 30 segundos. En el cara a cara, Benítez suele sentirse muy cómodo ante la prensa, como un buen estudiante que se sabe la lección y la recita de memoria ante el profesor. Sin embargo, ese sábado parece incómodo al preguntársele por su futuro. Lanza palabras enigmáticas que atizan el fuego de las conjeturas. Da la impresión de querer seguir en el Valencia, pero no a cualquier precio. Si el ingobernable club de Mestalla no le ofrece un proyecto deportivo a la altura de su mayúscula ambición, el madrileño (abril de 1960) abrirá las puertas a las ofertas de otros clubes.
"Seguro que me he equivocado mucho. Lo triste es que a veces los triunfos tapan los errores"
"Quiero ser un técnico que pueda opinar y al que se le tenga en cuenta. Nada más"
"¿Quisquilloso? Eso es una virtud o un defecto. Depende del momento y de cómo se aplique"
Pregunta. ¿Se siente el técnico de moda?
Respuesta. No lo sé, pero sí que hemos conseguido muchas cosas gracias a mucho trabajo y a mucha gente que tengo detrás.
P. ¿Cuánto debe a su esposa de su éxito?
R. En mi comportamiento sí tiene influencia: en lo momentos difíciles, más, y en los momentos buenos, también, para que no se me suba el pavo.
P. ¿Seguro que no se le va a subir a la cabeza?
R. Soy consciente de lo que ha costado llegar hasta aquí y voy a seguir con la misma ilusión.
P. ¿Cuántas ofertas?
R. Lo que hay es mucha rumorología. Nada más. Me han dicho algo del Liverpool, pero también se ha hablado del Bayern, del Inter... Que sea mi representante quien las escuche.
P. ¿Va a cumplir su contrato hasta junio de 2005?
R. Tengo un año más. No quiero decir otra cosa.
P. Lo que abre la vía a la posibilidad de que abandone el club si no le ofrece un proyecto deportivo de su gusto.
R. Eso es una de las cosas que más me importan. No me preocupa tanto el aspecto económico como el deportivo.
P. ¿Qué le debe al Valencia?
R. Muchísimo. Me ha permitido llegar al fútbol internacional, cosa que en otros equipos no habría podido hacer. Le hemos dado muchísimas alegrías a mucha gente, pero nosotros también nos hemos beneficiado muchísimo porque nos ha permitido incluir nuestro nombre en la historia del club.
P. ¿En qué ha madurado más en estos tres años?
R. En mantener la calma a la hora de evaluar los acontecimientos. En un club que, socialmente, tiene bastantes dificultades, debes tener más cuidado a la hora de tomar decisiones o emitir juicios.
P. ¿Habría sido tan crítico con los directivos en otro club?
R. De haber tenido el club otro funcionamiento, seguro que yo no habría tenido ese protagonismo en las ruedas de prensa que no me ha quedado más remedio que tener.
P. Dice su segundo, Antonio López, que era más quisquilloso.
R. Siempre he cuidado los detalles. Lo que ocurre es que, cuando tienes un equipo con bastantes jugadores que son muy buenos profesionales, debes estar menos encima de ellos. Y eso es una ventaja.
P. ¿Sus puntos débiles?
R. No hay entrenadores perfectos. Antes me preguntaba si era demasiado quisquilloso. Eso puede ser una virtud llamada detallismo o un defecto. Depende del momento y de cómo lo apliques.
P. ¿En qué ha fracasado en estos tres años en el Valencia?
R. Seguro que me he equivocado mucho. Pero lo triste es que, a veces, las victorias tapan los errores cometidos. Pero lo importante es que nosotros, independientemente de los resultados, analicemos aquello que hemos hecho mal para que no se repita.
P. ¿Por qué el Valencia ha marcado tantos goles este curso?
R. Porque hemos tenido la suerte de que Mista estuvo acertado, tuvo confianza y nos permitió darle más confianza. Y luego Vicente, que ha aportado muchos goles.
P. ¿Está satisfecho con el juego?
R. Hemos jugado bastante bien en muchas fases, sobre todo con Aimar y Baraja en el campo. Pero el problema de jugar bien se asocia sólo a lo estético, y no es así. Un equipo juega bien cuando sabe lo que tiene que hacer: cuándo jugar en corto o en largo, cuándo presionar arriba... Todo eso es más estético cuando hay jugadores de más calidad técnica y la aplican. Cuando Aimar, Baraja, Vicente o Mista están bien, el equipo lo agradece.
P. ¿Cuál ha sido el mejor equipo de Europa?
R. Es muy difícil porque no hemos llegado a enfrentarnos a algunos. El Mónaco o el Oporto lo han hecho muy bien. Pero estamos entre los mejores.
P. ¿Se identifica con algún otro conjunto europeo?
R. Una referencia mía ha sido el Milan de [Arrigo] Sacchi, pero nosotros no tenemos todavía la perfección de aquel equipo, que manejaba muy bien los conceptos tácticos, con jugadores de muchísima calidad y, además, muy competitivos. Todo eso no es fácil de reunir porque cuesta muchísimo dinero. Nosotros estamos en progresión, pero nos falta camino.
P. ¿Cómo explica ahora sus quejas por la falta de refuerzos?
R. Hemos hecho un trabajo muy concienzudo para aprovechar al máximo todo lo que teníamos. Cualquiera que vea jugar a este equipo con frecuencia sabe que es un símil que se puede explicar perfectamente. No se trata de menospreciar a nadie. Creo que les hemos sacado el máximo rendimiento a los jugadores que tenemos.
P. ¿Querría asumir las competencias de la secretaría técnica?
R. Quiero ser un entrenador que pueda opinar y al que se le tenga en cuenta. Nada más.
P. Pero opinó a favor de los fichajes de Salva y De los Santos, que no resultaron.
R. Ésos son fichajes de club. Cuando acertamos, acertamos todos. Y al revés.
P. La próxima temporada se le presenta llena de complicaciones, empezando por cinco jugadores que volverán cansados de la Eurocopa de Portugal.
R. La Eurocopa me preocupa muchísimo. Lo que son los viajes a Japón e Inglaterra, no, porque hemos ajustado los entrenamientos. Beneficia en lo económico, pero no perjudica a la preparación.
P. ¿Le preocupa que a algunos pesos pesados les pase factura la edad: Cañizares (35 años), Carboni (39), Pellegrino (32)...?
R. Lo importante es que tengan los recambios acercándose para que puedan aprender de su experiencia y que, cuando llegue su retirada, porque a todos nos toca, no sea un cambio traumático dentro de la plantilla.
P. ¿Es Pellegrino clave?
R. Sí. Es muy inteligente dentro y fuera del campo. Cualquier entrenador querría tenerlo ahí porque tiene una capacidad de implicación muy importante.
P. ¿Habrá sido doloroso relegarlo al banquillo?
R. Sí, porque es tan receptivo a lo que tú dices, y luego lo transmite, que a todos nos gustaría que estuviese siempre ahí. Marchena sigue creciendo y ganando experiencia y, afortunadamente, tenemos cuatro buenos centrales.
P. ¿El optimismo de Carboni es contagioso?
R. Que siga con esa ilusión y esa alegría es un ejemplo para los más jóvenes, por supuesto.
P. ¿Habría jugado Palop la final de la Copa de la UEFA de no lesionarse?
R. Seguro. Por eso, en la cena tras el partido de Gotemburgo, les dediqué a él y a Fabio Aurelio [el lateral izquierdo brasileño, también lesionado] el triunfo porque, según lo habíamos planificado, él iba a seguir. No se dio, pero ya tendrá otra oportunidad.
P. ¿Qué llamada de felicitación le ha emocionado más?
R. Por ejemplo, la del que nos llevaba a nosotros en el autobús de Almendralejo, en el Extremadura, al que llamábamos El Peonza, que estaba entusiasmado.
P. ¿Llega muy cansado a este final de temporada?
R. Sí, pero tengo bastante energía y me repongo cuando llego a casa y me achuchan un poquito.
P. ¿Dónde va de vacaciones?
R. A Galicia. Desde que me casé, he ido dos o tres veces, pero no me queda más remedio. Estoy pillao [bromea, su esposa es gallega].
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