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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Andrew Cavendish, duque de Devonshire

Andrew Cavendish, undécimo duque de Devonshire, aseguró para sus descendientes la cuna familiar en la magnífica finca Chatsworth, en el condado de Derbyshire, antes de morir, el pasado día 4, a los 84 años de edad. El funeral del duque evocó imágenes de la Inglaterra aristócrata que se creían reserva de tiempos pasados. Unos 400 empleados, desde mayordomos a cocineras, pasando por jardineros y cuidadores de ganado, ataviados en uniformes que reflejaban sus respectivos escalafones en el rango de servicio, hicieron hilera en el kilómetro y medio de recorrido entre la casa señorial y la iglesia de San Peter de Edensor, donde fue enterrado el difunto. Al paso del cortejo, los sirvientes bajaron la cabeza en señal de respeto por un terrateniente que, en vida, se ganó el respeto y simpatía de gran parte de los británicos.

El heredero del título, Peregrine Cavendish, marqués de Hartington, acompañó a su madre, la duquesa de Devonshire, Deborah Mitford, y al resto de la familia en la despedida final de uno de los terratenientes más ricos del Reino Unido. Las propiedades del nuevo duque se extienden por 80.000 acres de tierras y solares en los condados ingleses de Derbyshire, Yorkshire y Sussex, además de Irlanda.

Chastworth House es la joya de la familia. Una mansión construida en 1551, donde estuvo encarcelada María, reina de los escoceses, a instancias de su prima Isabel I. La ocupaban los Cavendish desde años atrás, gracias a las ganancias de los servicios ofrecidos al rey Enrique VIII. Un siglo después, Guillermo de Orange honraría el ducado de Devonshire en perpetuidad al primógenito de los varones.

Andrew Robert Buxton Cavendish, el menor de dos hermanos, nació el 2 de enero de 1920 con escasas perspectivas de heredar el trono familiar. Estudió en el internado de Eton y en la Universidad de Cambridge, pero sólo se sintió plenamente realizado tras servir con el regimiento de los Coldstreams Guards durante la Segunda Guerra Mundial. "Yo era un chaval horrible, vago, sucio, inútil. La clave de mi vida fue el Ejército. Me convirtió en algo vagamente cercano a un hombre", le citan las necrológicas publicadas estos días en la prensa británica.

La guerra alteró radicalmente su destino. Su hermano murió en el campo de batalla, sin herederos, en 1944, y seis años más tarde fallecía repentinamente su padre. El décimo duque no había ultimado los pormenores en la titulación de la herencia y su hijo tuvo que hacer frente a impuestos de sucesión estimados entonces en siete millones de libras (cerca de diez millones de euros al cambio actual).

Resuelto a preservar el patrimonio familiar, el nuevo duque vendió tierras y negoció la donación al Estado de una decena de obras de arte, incluido un cuadro atribuido a Rembrant. Abrió Chastworth House al público y logró preservar la finca activa y la casa como residencia familiar.

Frescos barrocos, muebles, pinturas y dibujos de los grandes maestros siguen estando entre los principales activos de esta residencia campestre, que el año pasado visitó medio millón de turistas.

Con la muerte de su padre, en 1950, el duque de Devonshire ocupó su escaño hereditario en la Cámara de los Lores. Su entrada en la vida política, como candidato conservador en la Cámara Baja, se había frustrado en un par de ocasiones anteriores. Pero con su tío, el líder tory Harold McMillan, de primer ministro, ejerció entre 1960 y 1964 distintas funciones gubernamentales, incluida una secretaría de Estado en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

La trayectoria de Andrew Cavendish se podría dibujar como una carretera con numerosas bifurcaciones. Sorteaba con gracia los obstáculos y, de acuerdo con las recientes notas de prensa, se ganó la simpatía de sus potenciales enemigos, incluidos los portavoces de un grupo de presión que exige la apertura al público de los viejos caminos comunales que atraviesan propiedades privadas.

Pero los mayores cambios de sentido los dio en política. Tras servir con un Gobierno conservador, el duque se afilió en 1981 al partido socialdemócrata, escindido del laborista, y años después se unió a un grupo radical de euroescépticos. Perdió finalmente su escaño en la Cámara Alta con la abolición, en 2000, de los lores hereditarios. Se apartó entonces de la política, pero no renunció a hacer campaña en contra, principalmente, del proceso de integración europeo y de la prohibición de la caza del zorro. Antes de morir dejó escritas sus memorias, Accidents of

Fortune, cuya publicación se espera en unos meses.-

Andrew Cavendish.
Andrew Cavendish.

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