Mil niños extranjeros viven en la calle, según un estudio

Al menos mil niños extranjeros, la mayoría de ellos procedentes del continente africano, viven en las calles de Madrid, según un informe galardonado con los premios de Investigación Social de Caja Madrid y que estudia cómo viven estos chicos. La edad media de estos menores es de 17 años, por lo que sólo cuentan con un año de tutela oficial.

El informe, titulado El menor inmigrante no acompañado acogido en centros tutelados y en edad laboral, ha sido realizado por un grupo de voluntarias de la asociación Emana en su proyecto Biomueble, dirigido a la integración laboral de los menores extranjeros en situación de tutela en la Comunidad de Madrid.

Las autoras son Renate Inés Castillo Godoy, psicopedagoga, educadora de menores en riesgo y conflicto social, y profesora de enlace, y María José Angurel Lambán, abogado del turno de oficio de menores e investigadora, según informó ayer la Obra Social de Caja de Madrid.

La llegada masiva de menores extranjeros no acompañados a Madrid se produjo en el periodo comprendido entre los años 1996 a 1998. Actualmente se calcula que hay un millar de menores en esta situación en la región. Esta investigación se centra en los años posteriores y busca saber qué ha sido de ellos, pues su edad media se sitúa en los 17 años, y en los centros de tutela sólo pueden estar hasta los 18. La media del tiempo máximo de permanencia en la red de protección apenas llega al año.

A lo largo de 1999, de los 1.141 ingresos producidos en el centro de primera acogida de Hortaleza, 454 menores fueron españoles, frente a los 687 extranjeros, y la mayoría son mayores de 13 años y africanos (525). De éstos, el 76,87%, de Marruecos (449).

La mayoría, varones

En la Comunidad de Madrid el incremento de la presencia de menores extranjeros no acompañados ha sido progresiva respecto al resto de menores, y en la Red de Protección en 1999 se registraron 868 (en 2000 fueron 652; en 2001, 680, y en 2002, 703).

La mayoría son varones de origen africano, sobre todo marroquíes, y también los hay procedentes de los países del Europa del Este. A estas cifras oficiales hay que sumar otros menores que no están registrados, "por un lado debido a la falta de claridad en las leyes que regulan esta condición de menor; por otro, a causa de la existencia de redes clandestinas de explotación de menores, y por último, por temor e ignorancia de los propios niños acerca de los recursos existentes".

Por su edad media, 17 años, estos chavales estarían en la adolescencia tardía, aunque por sus características, las investigadoras les sitúan en la denominada adolescencia temprana y media. Esto se debe a que sus niveles de aspiración son bajos y sus hábitos laborales están escasamente perfilados. Sufren una situación de desarraigo que hace que el grupo de iguales sea su principal punto de apoyo.