La otra cara del senderismo
Juicio contra un ecologista cordobés por transitar por dos vías incluidas en rutas turísticas y que atraviesan una finca privada
El tema de los caminos rurales ha dado mucho que hablar en Córdoba y seguirá haciéndolo. Bartolomé Olivares, miembro de Ecologistas en Acción y de la plataforma A Desalambrar, lucha desde hace años por la liberación de los caminos públicos vallados en la Sierra de Córdoba. El 5 octubre de 2003, una marcha de 35 personas pasó por dos de estos caminos en Cerro Muriano. Y eso le ha costado, sólo a Bartolomé, que el próximo lunes pase por los juzgados de instrucción como inculpado en un juicio de faltas.
La pena no es lo que le preocupa a Bartolomé. Lo que se juzga es la ruptura de las cadenas que impiden el paso por los caminos de Pañero y Armenta y el paso a través de ellos. A Bartolomé le da igual pagar lo que cueste el candado y la cadena, pero "que nadie me diga que he entrado en una propiedad privada". El propietario de la finca no entiende lo mismo y denunció los hechos. La Guardia Civil se presentó en la zona el pasado 5 de octubre cuando los excursionistas estaban almorzando e identificaron a Olivares. "Los demás pidieron que se les identificaran", recuerda Olivares. Pero en la denuncia sólo figura él.
La plataforma A Desalambrar, compuesta por una veintena de colectivos de caballistas, amantes de la bicicleta, ecologistas, senderistas y grupos de montaña, entre otros, cada vez que realiza una marcha de este tipo, presenta una denuncia previa en la que señala las coordenadas del camino público. Así lo han hecho en más de una veintena de ocasiones. Bartolomé y los miembros del colectivo se remiten a lo que reflejan los registros catastrales y las ordenanzas municipales.
La ruta de Cerro Muriano que incluye los dos caminos en cuestión, el de Pañero y el de Armenta, está justo en el límite de los términos municipales de Obejo y Córdoba. Bartolomé Olivares no entiende que se le acuse de ocupar una propiedad privada cuando el Ayuntamiento de Obejo puso una placa en el principio del camino de Pañero que, ya en malas condiciones, ofrece el paseo por su interés turístico al ser una zona en la que se encuentran unas minas romanas.
Del mismo modo, tampoco concibe Bartolomé Olivares que se actúe contra él, teniendo en cuenta que el Ayuntamiento de Córdoba ha incluido esta ruta de Cerro Muriano como uno de los cinco itinerarios que tiene previsto poner en valor por su interés turístico, proyecto que aún no está terminado.
Bartolomé Olivares ya tiene experiencias previas por el afán de la plataforma en desalambrar caminos. En una de esas marchas, en Los Villares, también fue el único denunciado. El juez archivó entonces una causa similar al entender que no se podían depurar responsabilidades por la ruptura del vallado y el paso por el camino, en el que también participó una multitud de excursionistas.
Bartolomé ha remitido al Ayuntamiento de Córdona un escrito para que certifique ante el juez que los caminos por los que él pasó son de dominio público. Mientras eso ocurre, Bartolomé Olivares y el resto de excursionistas se sienten abocados a abrirse paso entre las vallas.
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