El 'spray' como pincel

Dentro de un par de días, los muros blancos que rodean las instalaciones deportivas del IES Santa Catalina de Alejandría de Jaén se convertirán en una muestra de arte al aire libre. El blanco nuclear de las paredes quedará oculto por grandes letras de colores y dibujos, "que, incluso, llamarán la atención de los más reacios a aceptar que el graffiti es otra forma de hacer arte", asegura Juan Antonio Arroyo, monitor del taller de iniciación al graffiti, que está organizado por la asociación juvenil Graff-B de Baeza y el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ). "También es verdad que, últimamente, nuestro trabajo se está revalorizando y lo catalogan de arte en la calle. Además, aunque siempre hay algunos que se dedican a guarrear las paredes, normalmente solicitamos un permiso por escrito al dueño de la pared, fábrica o tapia para que nos dé su consentimiento", añade Javier Arroyo.

Graff-B es una de las asociaciones de pintadas más activas de la provincia y ha participado en encuentros por distintas provincias andaluzas. "Queremos dignificar nuestro trabajo y alejarnos de esa imagen de gamberros y vándalos con la que durante mucho tiempo se nos ha relacionado", subraya Juan Antonio, un diseñador que descubrió las posibilidades del spray a través del hip-hop. Porque, según señala el monitor, "la cultura del hip-hop tiene su música, su baile y su arte particular".

Julia Barranco, Ángela López y Lorena Ramiro tienen 15 años y son tres de las cuatro chicas que participan en el curso que se prolongará hasta el próximo domingo. "Todavía somos una minoría, pero cada vez se conocen más chicas graffiteras. En un principio, parecía que sólo era cosa de chicos porque todo esto se relacionaba con lo prohibido y el mundo de la noche. Nosotras lo teníamos más difícil, pero ahora nos estamos dando a conocer", cuenta Julia. Como el resto de sus compañeras defiende que la magnitud de la pared tiene un poder de atracción que no se puede conseguir a través del lienzo. "El objetivo del graffiti es llamar la atención en un primer impacto, y que éste te invite a observar los detalles que pueden ser tan ricos, y con tanta calidad, como algunas de las obras que se muestran en museos y galerías de arte", dicen.

Las primeras lecciones que han recibido esta treintena de alumnos han sido saber hacer un buen boceto y la elección de la firma personal de cada uno. "Detrás de un graffiti puede haber dos semanas de trabajo en bocetos y elección de las gamas cromáticas. Además, todo dibujo va firmado y ningún graffiti puede pisar a otro, es una norma que tenemos", comenta Juan Antonio.

Pero los monitores no se han olvidado de impartir unas lecciones para prevenir "futuros riesgos laborales". "Aunque no es una actividad arriesgada, les enseñamos a coger bien el spray y a cómo utilizar la mascarilla para protegerse de los gases. También recomendamos guantes y, sobre todo, tener mucho cuidado y no mancharse, porque la pintura de spray no se va", advierten.

En cuanto a las técnicas, los alumnos están descubriendo las diferentes estilos que existen. "El más conocido es el conocido como wild style (estilo salvaje) y que se caracteriza por emplear colores fuertes, muy mezclados, con letras que se deforman y diluyen entre sí. Por otro lado está el 3-D que provocan efectos visuales tridimensionales", explica Arroyo, quien firma como Oneal.