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Juicio penal a un acosador que firmó ante notario dejar en paz a su víctima

La acusación solicita dos años de cárcel para un hombre que será juzgado en junio por agredir y romper la clavícula al acompañante de una joven, a la había hecho objeto de tal acoso que unos meses antes se había comprometido ante notario a dejarla en paz si retiraba sus denuncias judiciales. El acusado A.J.S.R. acosó durante cuatro años a la joven M.F.R., de 30 años, a la que efectuó seguimientos, llamó por teléfono, envió cartas, presionó en su centro de trabajo y llamó a las personas que la conocían, lo que creó en la víctima "un auténtico calvario y una gran inestabilidad emocional", según el escrito de acusación.

En julio de 1998, el procesado reconoció ante notario el acoso realizado y prometió "no volver a molestar de ninguna manera" a la joven, "no acercarse a ella ni a nadie de su familia, ni a frecuentar los establecimientos donde ella se encuentre" a cambio de que ella retirase las tres denuncias judiciales que había interpuesto.

Pese a este compromiso, el 10 de junio de 1999 abordó a la joven a la puerta de su casa y, sin mediar ninguna explicación, comenzó a insultarla y a agredir al hombre que la acompañaba, identificado como R.R.L., que sufrió una "brutal paliza" con fractura de clavícula. Por ello, la acusación particular solicitará una condena de dos años de cárcel por un delito de lesiones, además del pago de 3.000 euros de indemnización a la víctima en el juicio que celebrará el próximo 7 de junio un juzgado penal de Sevilla.

Amenazas

Según el escrito de acusación, el procesado "ha hecho objeto a la joven de todo tipo de amenazas y no soporta verla salir con cualquier amigo", y por eso "atacó de forma injustificada, sorpresiva y a traición" a R.R.L., que "no pudo hacer otra cosa que defenderse".

Entre los actos de acoso denunciados por la joven figuran el incendio intencionado de su vehículo en abril de 1998, una denuncia a la inspección de trabajo contra la empresa de seguros donde trabajaba, la interrupción de sus desayunos con sus compañeros de trabajo, los seguimientos en coche, las amenazas de muerte y las llamadas telefónicas a personas de su entorno familiar y laboral.

La víctima denunció en diciembre de 1999 a la Policía que el acusado llamó varias veces a su casa y a su teléfono móvil, insultándola y amenazando con poner su nombre en las secciones de contactos de Internet.

La mujer intentó además, sin éxito, que distintos juzgados de Sevilla dictaran órdenes de alejamiento de ella o de cualquier persona de su familia y entorno. Finalmente, en junio serán juzgadas las lesiones contra su acompañante, en un juicio al que la acusación particular ha aportado el acta notarial de reconocimiento del acoso y las sucesivas denuncias a la Policía, así como un listado informático de los juzgados donde constan 18 causas contra el procesado.

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