De Seúl a Samarkanda
De Seúl a Samarkanda, de Tokio a Teherán, de Colombo a Katmandú. Cuando la Autopista Asiática una bajo las siglas AH todo el continente, habrá vuelto a nacer aquella Ruta de la Seda por la que a partir de la dinastía Han viajó el comercio entre el noroeste de China y Oriente Medio. Hasta entonces, sin embargo, habrá que cubrir una serie de etapas. "Lo primero es mejorar el 17% de las carreteras que no cumple las condiciones mínimas. Después, y a medida que crezca el tráfico, tendrán que ir subiendo de clase", dice Regmi, de Unescap.
El acuerdo intergubernamental establece cuatro tipos de vías. La de nivel inferior (clase III) sólo puede ser utilizada cuando hay falta de financiación o de terreno y debe ser asfaltada en cuanto sea posible. Después vienen la clase II, la clase I y la clase Principal. En esta última, el acceso está restringido para garantizar la seguridad de la circulación. La velocidad de diseño oscila entre 40 y 120 kilómetros por hora, según el tipo de vía y el perfil del terreno. Las carreteras estarán identificadas por las letras AH, seguidas de la cifra, en números árabes, asignada a la ruta.
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