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EL ENREDO
Columna
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Rajoy y el monstruo

En un episodio de 'Los Teleñecos',

de Jim Henson, uno de los muñecos acude a un concurso de televisión: o acierta con la respuesta o se lo come un monstruo peludo. La respuesta aparece sobreimpresa en pantalla: la rueda. El concursante tiene tres oportunidades. El presentador da la primera pista: "Es algo redondo y lleno de aire".

-Mi cuñado -responde el concursante.

-¡Pero no! -protesta el presentador, antes de dar la segunda pista-. Es algo que da vueltas y vueltas y más vueltas, porque no sabe hacer otra cosa.

-¡Mi cuñado! -repite el concursante.

-¡Pero nooo! -grita el presentador, mientras el monstruo se frota las manos y se anuda al cuello una servilleta-. Atento a la última pista: te lo encuentras en cualquier parte.

-¡Mi cuñado!

-¡Bien! -grita el monstruo.

-¡Pero era la rueda, hombre! ¿Por qué ha insistido así? ¿No ve que ahora se lo comerá el monstruo?

-Bueno -dice el concursante, melancólico-, con tal de perder de vista a mi cuñado...

Mariano Rajoy tiene dos cuñados, Ángel Acebes y Eduardo Zaplana. Sobre Acebes, aceptemos de una vez que fue un excelente ministro del Interior entre el 11 y el 14 de marzo, con tal de que deje de explicarnos lo bien que lo hizo. El acuerdo es difícil, porque el ministro ve cuestionado su honor, pero hay un precedente, bien que en la Edad Media y en cómic. En El Príncipe Valiente, de Harold Foster, tomo VI de Ediciones B, sir Valiente pierde su honor, y, para que no dé más la castaña, el resto de caballeros de la Tabla Redonda le cede en custodia una décima parte de su honor, con lo que sir Valiente queda satisfecho. O, por lo menos, sosegado, que no es poco.

Zaplana tuvo la "sensación", entre el 11 y el 14 de marzo, de que alguien jugaba con el Gobierno. Sugiere que hubo policías que transmitieron información falsa al Gobierno y verdadera al PSOE, en una conspiración que aclarará el Parlamento. En resumen, Ángel Acebes y Eduardo Zaplana pretenden demostrar, en sede parlamentaria, y sin lugar a dudas que:

a)al ministro del Interior se le escapaba la información.

b)el Portavoz no tenía datos fiables.

c)al CNI le engañaban como a un bebé.

d)en plena crisis nacional, sabía más Rubalcaba con un móvil que todo el Gobierno.

Ante semejante panorama, a Mariano Rajoy le esperan dos noticias, una buena y una mala. La mala es que se lo comerá el monstruo peludo. La buena, que perderá de vista a sus dos cuñados.

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