Explosión preolímpica
La calidad española arrasa con dos títulos más, una plata y un bronce, y encabeza el medallero
Explosión preolímpica en Bucarest. La calidad del yudo español volvió a evidenciarse en la élite y esta vez con las más altas notas. Tras el nuevo título europeo conseguido en la primera jornada por la imparable Isabel Fernández, ayer se unieron otros dos, a cargo de la segunda gran superviviente de la excelente hornada femenina, Sara Álvarez, y de Kioshi, uno de los dos hermanos Uematsu, de padre japonés instalado hace años en el País Vasco, donde nacieron ambos. Y aún hubo más, una medalla de plata para Cecilia Blanco y otra de bronce para Ricardo Echarte, como la de Óscar Peñas el viernes.
España, con seis medallas, tres de oro, una de plata y dos de bronce, es el magnífico líder continental ante la última jornada de hoy. En una imagen gratificante, Francia y Rusia, las dos grandes potencias, están a años luz. Con una actuación que incluso reparte los podios entre hombres y mujeres, en un soberbio ejemplo de gran nivel general, ha batido ya la mejor actuación de su historia, la que tuvo el año pasado en Düsseldorf, donde sumó cinco, dos oros y tres platas. Las perspectivas para Atenas son espléndidas.
El yudo español tenía ya nueve plazas olímpicas conseguidas en los distintos torneos clasificatorios previos: Isabel, Sara, Esther San Miguel, Kenji y Kioshi Uematsu, Peñas, Echarte, David Alarza y Aythami Ruano. En los Europeos se buscaban más, y estaban caras, pues se necesitaba subir al podio, como hizo ayer Cecilia. Pero lo logrado excede las mejores previsiones, aunque no es casualidad, porque su nivel, especialmente hasta ahora en la parcela femenina, le permitía estar ya siempre, desde los Juegos de Barcelona 92, entre los favoritos. Subir más o menos a los podios era ya cuestión de detalles. Especialmente en un deporte mucho más difícil en la alta competición desde que se desmembró la antigua Unión Soviética, y se multiplicaron los participantes de sus antiguas repúblicas con un yudo más físico y duro.
Sara, ya veterana en los podios, revalidó su título en los 63 kilos tras vencer con apuros a la italiana Ilenia Scapin, en semifinales, y por otro ippon a la polaca Aneta Szczepanska en la final.
Cecilia tuvo el gran mérito de eliminar en semifinales a la francesa Amina Abdellatif, reciente ganadora del torneo de París, del nivel de unos Europeos, y la dejó fuera de Atenas. Es la primera vez desde que en Atlanta 96 empezaron las clasificaciones para puestos olímpicos que Francia no estará en una categoría en los Juegos. Cecilia, cansada y ya relajada, perdió sólo la final con la holandesa Edith Bosch. Hasta el bronce de Echarte en los 81 kilos tuvo gran mérito. Llegó por la dura repesca, al caer de entrada ante el griego Iliadis, que sería oro. Ganó el combate decisivo al británico Burton, por yuko.
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