El Príncipe y los toros
"El hombre ha de ejercitar su compasión con los animales, pues aquel que se comporta cruelmente con ellos posee asimismo un corazón endurecido para sus congéneres" (Kant).
El príncipe y su novia nos han mostrado su sensibilidad asistiendo, visiblemente complacidos, a una corrida de toros. Es su forma de apoyar esa denigrante práctica.
No nos extrañará, pues, que cualquier día, sus parientes, los de la realeza británica, los inviten a asistir a la caza del zorro, esa presa acorralada y entregada a una jauría de perros enloquecidos que la desgarran y devoran en unos instantes.
La imagen de los futuros Reyes participando en la matanza de animales por pura diversión y aplaudiendo la agónica tortura y muerte de los toros en la Plaza de las Ventas (Monarquía más Fiesta Nacional) resulta demasiado anacronismo junto. El futuro Jefe de un Estado democrático debe guardar más las formas y respetar la sensibilidad de aquellos a quienes representará; y somos muchas las personas que odiamos esas bárbaras tradiciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.