Permitido llevar comida al Fórum

Marcha atrás. La dirección del Fórum acordó ayer que los visitantes puedan introducir refrescos y alimentos en el recinto y también permitirá que las personas que tengan el billete de un día puedan entrar y salir. Ésas fueron las principales quejas de los visitantes en la jornada del domingo pasado, lo que generó cierto malestar en el Ayuntamiento y en algunos sectores de la propia organización por la mala imagen que se estaba dando. El alcalde de Barcelona, Joan Clos, se mostró satisfecho por la solución a las quejas planteadas y negó que se vayan a revisar los precios de las entradas. Con relación a los diálogos, fuentes próximas a la organización del Parlamento de las Religiones confirmaron la participación del líder espiritual Dalai Lama.

Las empresas que explotan quioscos y restaurantes serán compensadas

La organización proporcionará un brazalete para poder salir y volver a entrar

El Parlamento de las Religiones lo organiza el Consejo del Parlamento de las Religiones del Mundo en colaboración con el centro Unesco de Cataluña y el Fórum. En realidad, fue la celebración de ese acontecimiento lo que motivó que el Parlamento de las Religiones reuniera por primera vez en Europa. A la cita de Barcelona, que se celebrará entre el 7 y el 13 de julio, está previsto que acudan 8.000 personas. De hecho es uno de los diálogos del acontecimiento con más participantes.

En cuanto a las modificaciones introducidas por la organización, Jordi Oliveras, director del Fórum, precisó: "No queremos que el espacio se convierta en una zona de pic-nic. Es decir, de alguna manera daremos prioridad al bocadillo sobre la fiambrera". Se permitirá pasar refrescos, pero no botellas de cristal ni alcohol. "Hemos escuchado las quejas de los visitantes y por eso cambiamos cosas. El Fórum acaba de empezar y no tenemos experiencia porque éste es el primero, así que pedimos comprensión", añadió Oliveras en un tono que quiso ser conciliador.

En esa misma línea, también se ha optado por aumentar las sombras, de 49.000 metros cuadrados a 70.000, y también los asientos, que de 8.900 pasarán a 10.000 en el plazo de 15 días. Además las personas que salgan del recinto deberán ponerse un brazalete que facilitará el personal de atención si quieren volver a entrar más tarde.

El director del Fórum reconoció que negociarán con los operadores de alimentación y restauración que ganaron los concursos porque se les garantizó que sólo se consumiría lo adquirido en el propio recinto. "Evidentemente, eso no es así si el visitante puede traerse comida de casa", apostilló. Y la negociación empezó en la misma tarde de ayer, puesto que todos los operadores fueron convocados. En cuanto a si se tratará de una compensación económica, algunos de ellos declinaron pronunciarse a preguntas de este periódico. El Fórum dijo que se acababan de iniciar las conversaciones.

Oliveras dio dos argumentos distintos para justificar la prohibición inicial de entrar alimentos. Un motivo, aseguró, era la sostenibilidad. Consideraba "más sostenible la gestión de residuos generados por los quioscos que los que se producen cuando la comida se lleva de casa". Y el segundo, que la voluntad era propiciar que el visitante "apreciara" la diversidad cultural culinaria que ofertaba el recinto.

Otra de las quejas que se han hecho llegar a la organización es el precio de la inscripción para los diálogos, lo que no ha sido modificado por el Fórum, que recuerda que los debates puede ser seguidos en el propio recinto en una pantalla instalada en el puerto de Sant Adrià.

Con relación a los debates, el alcalde de Barcelona y presidente del consorcio organizador, Joan Clos, no cerró del todo la puerta a que esa cuestión pueda ser revisada. El Instituto de Cultura de Barcelona informó ayer de que los diálogos podrán ser seguidos en 10 bibliotecas de la ciudad y en el Palau de la Virreina.

Lo que Clos dejó claro es que no se tocará el precio de las entradas: "Considero que no es excesivo el precio en relación con la oferta. La taquilla representa el 20% del coste del acontecimiento y no creo que sea abusivo que el visitante contribuya con el pago de la entrada a cubrir esa parte. La cuestión no es el precio, sino la oferta que se da, y yo no creo que el Fórum sea caro", argumentó. El alcalde puntualizó que la política de precios de la organización ha sido "extremadamente versátil", en referencia a la venta anticipada, a los descuentos que comportaba y a las tarifas de jóvenes y tercera edad. Y subrayó que el mal tiempo ha sido un obstáculo en el arranque del acontecimiento. "No hay que ver malos augurios en un acontecimiento que ha logrado una venta anticipada tan alta", dijo. En esa línea descartó que se revisen los precios -"sería injusto con los que ya han adquirido las entradas"- y rechazó la posibilidad de abrir puertas gratis si se produjeran graves problemas de falta de público, como ocurrió, por ejemplo, en la pasada Exposición Universal de la ciudad alemana de Hannover. Según cifras facilitadas ayer por la organización, se han vendido 885.113 entradas.

Respecto a la descoordinación del fin de los espectáculos y el cierre del metro, que ocurrió el pasado domingo y dejó sin ese transporte a los asistentes, tanto Clos como Oliveras puntualizaron que la organización intentará evitar que se vuelva a producir.

Asimismo, Transportes Metropolitanos de Barcelona precisó que es el Fórum el que tiene que parar la actividad con suficiente tiempo y descartó poner autobuses lanzaderas a la espera de que acaben los conciertos de verano. El problema se agrava porque la zona del Fórum no suele ser muy transitada por los taxistas barceloneses. Al menos por ahora.