Moyà gana el Masters Series de Roma y apunta a Roland Garros

Carlos Moyà corroboró ayer, en Roma, lo que había estado anunciando: se encuentra en un gran momento de juego. De forma apabullante, superó en la final del Foro Itálico al argentino David Nalbandian, octavo jugador mundial, por 6-3, 6-3 y 6-1 en una hora y 43 minutos. "Trabajo pensando que estoy a un nivel similar al de 1998, pero en dos semanas todo puede cambiar", dijo el tenista mallorquín, de 27 años, que tiene ya el punto de mira puesto en el torneo de Roland Garros, que ganó hace seis.

A pesar de la superioridad que demostró a lo largo de una semana en la que sólo perdió una manga -ante Karlovic-, Moyà prefirió no desatar la euforia. "Estoy muy bien, pero sé que en estos momentos hay dos jugadores que son los mejores en tierra batida: Guillermo Coria y, sobre todo, Juan Carlos Ferrero", matizó; "si ellos no están a tope [los dos han sufrido lesiones recientemente], tendré mis opciones".

Moyà ha tenido un comienzo espectacular de temporada, ganando los títulos de Acapulco y Chennai y disputando la final en Sidney y Buenos Aires. Desde que el pasado abril inició su campaña de tierra batida, llegó a las semifinales de Montecarlo y ayer se coronó por primera vez en Roma en su noveno intento. Uno de sus peores resultados se produjo en Barcelona, donde fue eliminado en los octavos de final por el argentino Gastón Gaudio.

"Ganar en Roma me da mucha confianza para los siguientes torneos", dijo el balear, que había perdido los dos últimos partidos disputados frente a Nalbandian, en Palermo en 2001 y en Estoril en 2002; "he jugado muy bien, sacando con efectividad y profundidad y dominando los peloteos desde el fondo. Tras ganar el primer set, me dije que ésta era mi gran ocasión, que no podía fallar. Y todo me salió".

Moyà, noveno del mundo, cuadró su mejor temporada en 1998, cuando ganó en Roland Garros y perdió la final del Masters, en ambos casos frente a Àlex Corretja. Estos resultados le llevaron al liderato en 1999. Pero una lesión en la espalda condicionó sus dos años siguientes.