_
_
_
_
Reportaje:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de España de fórmula 1

Fernando Alonso, marca registrada

El español gana ya más del cuádruple por publicidad que como piloto de Renault, aunque su entorno limita sus apariciones para no 'quemarle'

Es el hijo que cualquier padre desearía, el hermano genial, el chico más envidiado. Además, se ha instalado en la élite de la fórmula 1 y lucha para desbancar al alemán Michael Schumacher de su pedestal. Fernando Alonso sólo tiene 22 años, pero ya es una mina. Su contrato como piloto de Renault está muy por debajo de la capacidad que ha demostrado -percibe alrededor de dos millones de euros anuales-, pero sus ingresos en concepto de publicidad e imagen multiplican sus ganancias como mínimo por cuatro.

"Es un producto publicitario del máximo nivel", afirma una persona del entorno de Alonso que prefiere mantenerse en el anonimato; "si se compara con otros deportistas españoles, arrasa". A principios de año, el asturiano firmó un contrato con Telefónica por el que percibe 1,5 millones al año más incentivos. Se convirtió de esta forma en uno de los hombres de la compañía española, que patrocina entre otros al tenista Juan Carlos Ferrero y a un equipo motociclista. La diferencia es que Telefónica realizó una inversión de 7 millones suplementaria de la de Renault para ligar su nombre al de su bólido.

Dos peñas, obligadas a cambiar de nombre para evitar un uso fraudulento de su imagen
Más información
Montmeló renueva su contrato con la F-1 hasta 2011
Del Rolls-Royce de 1913 al Renault de 2004

Además, Alonso tiene compromisos con LeasePlan desde 1998 y rubricó este mismo año otros con la empresa de barritas reconstituyentes Hero, hasta 2005; con relojes Sandoz, con vídeojuegos Sony Play Station, también hasta 2005, y con la línea de ropa italiana Guru. Al margen, realiza también acciones puntuales en campañas publicitarias, como la de Gillette. Y no aparece más porque sus consejeros no quieren que su imagen sufra una saturación prematura.

La responsabilidad de la gestión de márketing e imagen la tiene el abogado y amigo de la familia Luis García Abad. Sin embargo, a nivel internacional, los contratos deben firmarse con FB Management, la empresa del magnate italiano Flavio Briatore, director de Renault, la cual decide también sobre el destino de Alonso como piloto hasta que finalice 2005. Fue precisamente Briatore quien le instó a que trasladara su residencia, vital y fiscal, a Oxford; quien le llevó a Minardi en 2001, quien le recuperó como piloto de pruebas de Renault en 2002 y quien en 2003 le convirtió en uno de los dos oficiales del equipo.

"Ése es el motivo por el que no se están firmando contratos de más larga duración", explica alguien cercano a Alonso; "no queremos hipotecar el futuro". Por ejemplo, si en 2006 firmara por Ferrari, habría una incompatibilidad entre Telefónica y Vodafone.

La explosión mediática de Alonso es reciente. Nació a finales de 2003. Su familia lo sufrió en la entrega de los premios al mejor deportista asturiano, en Gijón, cuando llegaron a temer incluso por su integridad física ante la avalancha de chicas que querían acercársele. Ya no es sólo un piloto de F-1, sino un fenómeno social. Prueba de ello es que en un día de carrera las entradas que se registran en su página web superan las 500.000.

El reclamo de Alonso ha provocado un crecimiento espectacular en las audiencias televisivas y en el número de anunciantes durante las transmisiones de las carreras. Tele 5 alcanzó en el GP de San Marino los 3.229.000 espectadores, cifra que supera incluso la de algunos partidos de fútbol. "Todo este mundo paralelo le crea muchas obligaciones contractuales", aseguran fuentes próximas a Alonso; "Fernando vive al minuto, pero él está acostumbrado a negociar con las milésimas".

Sin embargo, todo este ajetreo le ha supuesto también algunos problemas. Uno de ellos, con el Circuito de Cataluña, que realizó una campaña promocional de venta de entradas del GP de España en la que regalaba una gorra de Alonso. Hubo un requerimiento por parte de FB Manegement, por utilización de imagen, que acabó en un pequeño lío con Renault España, que se las había vendido al circuito. "No nos gusta que se promocione nada con su imagen si antes no está todo bien acordado y reglado", se dijo entonces.

Esta misma premisa es la que llevó a sus agentes a una decisión tan controvertida como la de obligar a dos clubes de fans a cambiar sus nombres para evitar una utilización fraudulenta de su imagen. Uno de ellos, creado por su propio padre, se llamaba Peña Fernando Alonso y tuvo que pasar a llamarse Fórmula 1 Oviedo. El otro, Magic Alonso, se llama ahora Magic.

El último conflicto surgió con la publicación de libros biográficos no autorizados y con el nombre de Alonso en la portada. Hasta ahora se han publicado tres. En uno de los casos, el piloto se siente especialmente engañado porque le anunciaron que se trataba de fascículos. "Es un mal precedente", dice pensando que van a aparecer otros dos en los que él no aportará nada.

Lo realmente impactante es que todo este boom mediático se ha producido sólo con vistas a las expectativas que crea la figura de Alonso. Porque hasta el momento sólo ha ganado

una carrera, en Hungría, y ha subido otras cuatro veces al podio.

¿Qué ocurrirá si algún día es el campeón mundial? "Mi miedo", concluye uno de sus íntimos, "es que la presión medioambiental acabe aislándole. Sería una lástima".

Fernando Alonso, durante su conferencia de prensa de ayer.
Fernando Alonso, durante su conferencia de prensa de ayer.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_