"Aprovecho mi fuerza y velocidad"
La Bestia fue el invitado del madridista Roberto Carlos y el barcelonista Ronaldinho en un avión privado que despegó de Torrejón (Madrid) el 26 de abril, horas después de la victoria del Barça sobre el Madrid en el Bernabéu. La Bestia, antes El Tanque y en un futuro Baptigol es el sevillista Julio Baptista. El destino, Budapest; un partido amistoso entre Brasil y Hungría, derrotada por 1-4. En la ciudad centroeuropea compartió la habitación, como siempre, con el milanista Kaká, camarada de la infancia y compañero en el São Paulo. Dieciocho goles en la Liga española, seis de penalti, firman la carta de recomendación de Baptista, el centrocampista más realizador, para formar parte de la exclusiva selección canarinha. Era la tercera vez, a sus 22 años, que le citaba Carlos Alberto Parreira, quien le define como "un futbolista con talento brasileño y fuerza europea".
"Ronaldo me dijo que Alfaro es un pesado, pero que todo equipo necesita un 'Alfaro"
"Son los genes de mi madre. Mi abuelo era de manos enormes. Nunca hice musculación"
La evolución de Baptista -de El Tanque, por su fortaleza defensiva, a La Bestia, por su capacidad de definición- es el resultado de un cambio táctico en su posición y sus tareas. En un entrenamiento de la pretemporada, el técnico del Sevilla, Joaquín Caparrós, con el lateral Daniel Alves, también brasileño, como traductor, explicó a Baptista muy despacio, palabra a palabra, para que le entendiera bien: "Jugando un poco mas adelante, podrías hacer daño a muchos equipos. Eres un centrocampista con mucha llegada y un gran poder físico para macar goles. Vas a jugar de segundo volante ofensivo". Baptista no le defraudó: atinó con la red en su debut, en la primera jornada, contra el Atlético, y... ya no paró. Incluso ha grabado su nombre en las estadísticas históricas con cuatro tantos al Racing en la 33ª. Hacía más de cuatro lustros que un sevillista no alcanzaba esa cifra. El precedente fue, cómo no, de otro brasileño, Pintinho, en 1981. Por entonces, Baptigol era un bebé gordito de dos meses en los brazos de Wilma, su madre, que vivía en la casa paterna, en el barrio de Vila Sonia, vecindario del Morumbi, el estadio del São Paulo.
Pregunta. ¿Cómo empezó su carrera deportiva?
Respuesta. Mi madre siempre peleó por lo mejor para mí y un día se enteró de que había ofertas para ser socio del São Paulo. Era auxiliar de enfermería en un hospital público e hizo horas extras en clínicas privadas hasta que ganó el dinero suficiente para mi carnet. Entraba en la sede social por la mañana y salía por la noche. Despunté como delantero en un torneo para socios de 10 años y fui seleccionado para las categorías inferiores. Paso a paso, llegué al primero equipo. La educación que tengo es por las exigencias de mi madre. Lo que hago es retribuirle su esfuerzo. Quiero lo mejor para ella. Soy su único hijo. Mi padre se separó de ella y no le conozco.
P. ¿De dónde viene su fuerza física: genética o gimnasio?
R. Son los genes de mi madre. Mi abuelo, Luis, era portero y le apodaban Mano de Onza por sus manos enormes. Nunca hice musculación en mi país. Kaká y Ronaldinho han hecho trabajos especificos para ganar masa. Yo, no. Dios da un poco a cada uno y a mí me regaló lo que tengo. Cuando llegué al Sevilla, los compañeros empezaron a bromear con que era mentira que nunca hubiera ido al gimnasio. Me decían, en chanza, que no tenía 22 años, sino 27 y tres hijos por ahí. Solo aquí empecé a ir al gimnasio. Fue para curarme mejor una lesión.
P. ¿Los jugadores se entrenan más en España que en Brasil?
R. En el São Paulo se entrena mucho más: mañana y tarde dos veces a la semana. Aplico aquí lo que he trabajado allí, como las finalizaciones y las llegadas desde atrás, las paredes y el paredón.
P. ¿Paredón?
R. Dar toques contra la pared controlando el balón siempre con la pierna ciega. Media hora dos o tres días a la semana. Al final, ya puedes dar dirección a la pelota con la pierna mala y tirar más fuerte. Hoy, cuando encaro al portero, puedo hacer con la izquierda lo mismo que con la derecha.
P. ¿Por qué es la sorpresa goleadora de la Liga?
R. Es mucho más dificil para los defensas marcar a alguien que llega de atrás. Siempre están pendientes de los delanteros.
P. ¿Cómo fue su conversión?
R. Con Caparrós tengo más libertad para moverme y recibir el balón donde quiera. Pero no me veo como delantero. No me considero un hombre-gol. Soy un medio centro con mucha llegada.
P. Lo de verse libre de las labores defensivas...
R. Cuando juegas con libertad, no tienes preocupaciones de marcaje. Ahora me marcan a mí. Es más sabroso ser el protagonista, marcar goles. La felicidad explota. El gol es lo más bonito del fútbol.
P. ¿Jugar en España le ha acercado a la selección brasileña?
R. Sí, porque la evolución ha sido muy grande. El ritmo de juego es más dinámico y se adapta mejor a mís condiciones técnicas. Para mí, es más fácil jugar en Europa porque aprovecho mejor mi velocidad y mi fuerza. En Brasil, recibes el balón, levantas la cabeza, miras, tocas, vas, vuelves... Aquí, antes de que la pelota llegue a tus pies, ya tienes que saber lo que vas hacer. Uno se reeduca y piensa más rápido. Es más bonito ver a Ronaldinho o a Zidane combinando la rapidez con la calidad.
P. Hay muchos futbolistas brasileños con fama de juerguistas.
R. Muchos salieron con contratos carísimos y no se comportaron bien. Por su culpa, muchos creen que vienes a robar el dinero. Hay dos culturas futbolísticas en Brasil. La primera es la de gente como Mauro Silva, con una tremenda calidad técnica y valores profesionales. Lo ha ganado todo y, a sus 37 años, ahí sigue. La segunda se refiere al jugador conocido como boléro, que vive de la noche y no se cuida. Hoy, quien no se cuida no llega a los 30 años jugando. Yo soy un profesional que conoce sus responsabilidades.
P. ¿Cuándo funcionará el trío de oro: Ronaldinho, Ronaldo y Kaká?.
R. ¡Virgen Santa! Cuando tenga tiempo para entrenarse un poco más, Brasil puede ser una máquina imparable. Todavía jugamos poco juntos. Imagínese a un defensor eligiendo a quién marcar de los tres y a Cafú y Roberto Carlos llegando desde atrás para abrir espacios. El más estático es Ronaldo. Los demás cambian sus posiciones todo el tiempo. Jugamos un 4-3-3 y en el medio están Zé Roberto por la izquierda y Gilberto Silva por el centro. Por la derecha, disputo la titularidad a Renato y Juninho.
P. ¿El mejor?
R. Ronaldinho. Combina la calidad y la fuerza. Hace magia y regala arte.
P. Su compañero Pablo Alfaro es famoso y no por su fútbol.
R. Es un excelente jugador, un líder y un verdadero capitán. Si debe morir por el equipo, morirá. Ronaldo me dijo: "¡Qué pesado! Es muy molesto. No para de incordiar. Pero todo conjunto necesita un Alfaro en sus filas".
P. ¿Le ha encargado Roberto Carlos muchos goles, hoy, contra el Valencia?
R. Nada de eso. Me da igual la lucha por el liderato. Quiero que ganemos para clasificarnos para la Copa de la UEFA.
P. Es muy difícil romper la defensa del Valencia.
R. Ataca y se defiende en bloque, sin fisuras y con todas sus lineas juntas. Rafa Benitez es un gran entrenador y Ayala uno de los mejores zagueros.
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